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diciembre de 2012
 
Andanada policíaca PRI-PRD para blindar a Peña Nieto
¡Liberen a TODOS los detenidos, anulen todos los cargos!
 
Huelga de la UACM amenazada
por la orgía represiva en el D.F.




Manifestantes contra la investidura de Enrique Peña Nieto como presidente de México, que rindió protesta de ley tras un muro de vallas. Las policías federal y capitalina arremetieron con saña contra los manifestantes. (Fotos: El Universal [arriba] y Cuartoscuro [abajo])

¡Basta de “acuerdos” huecos! GDF, ALDF y gobierno federal: ¡manos fuera!

¡Movilización obrera para defender a estudiantes!
¡La huelga de la UACM es una lucha de clases!


CIUDAD DE MÉXICO, 3 de DICIEMBRE – El sábado 1° de diciembre la capital de la república fue el escenario de una explosión represiva que recuerda los negros tiempos del diazordacismo. El flamante presidente Enrique Peña Nieto del Partido Revolucionario Institucional tomó posesión tras una muralla de acero. (Ya había tomado el control de la maquinaria estatal horas antes sin rendir todavía su juramento.) Después de acordonar toda la zona aledaña del Palacio Legislativo durante casi una semana, la Policía Federal arremetió con gas lacrimógeno y balas de goma e infiltró provocadores policíacos entre los manifestantes que vociferaban su rabia contra la compra de la presidencia realizada por el priísta. Más tarde, cuando los manifestantes se dirigieron desde San Lázaro rumbo al Zócalo, la policía capitalina bajo las órdenes del Gobierno del Distrito Federal (GDF) de Marcelo Ebrard del Partido de la Revolución Democrática atacó indiscriminadamente a manifestantes, fotógrafos, periodistas y transeúntes. La represión conjunta del PRI y el PRD dejó un saldo de 103 arrestados y más de 100 heridos, varios de gravedad y uno en estado de coma.

Juan Francisco Quinquedal, simpatizante de la Otra Campaña del EZLN, gravemente herido en el craneo por proyectil de la Policía Federal en las protestas contra la investidura de Enrique Peña Nieto, el 1° de diciembre. (Foto: Cuartoscuro)

Acto seguido, el Operativo Relámpago represivo se completó con un griterío mediático contra “fuerzas oscuras” que estarían detrás de los “desmanes” (de los manifestantes, por supuesto). De los voceros oficiosos de Los Pinos en Milenio hasta los opositores de “izquierda moderada” perredista de La Jornada, los órganos de la burguesía mexicana despotricaron al unísono contra el “vandalismo” y los “actos de barbarie” (Ebrard). Buscando a los “autores intelectuales” de la protesta, los cazadores de brujas señalaron al nada radical movimiento #YoSoy132 y a la Convención Nacional contra la Imposición que anima. Pero como no es de gran utilidad satanizar semejante movimiento electorero, ya desgastado, pronto apuntaron hacia otro blanco. Las televisoras gobiernistas Televisa y TV Azteca señalaron al Consejo Estudiantil de Lucha (CEL) de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), en huelga desde hace tres meses, como responsable de los disturbios. Como “prueba” citan que una víctima de la andanada policíaca, José Uriel Sandoval Díaz, quien perdió un ojo a causa de un proyectil de la Policía Federal, es miembro del CEL.

Ya van casi cien días de que la UACM está ocupada por los estudiantes que rechazaron el golpe de estado de la rectora Esther Orozco, quien en agosto pasado desconoció la elección de una mayoría de miembros del Consejo Universitario crítica de su gestión. Esta fue la gota que derramó el vaso para estudiantes y profesores hartos de toda una serie de actos autoritarios de la rectora golpista. Despidos abusivos; persecución de estudiantes, profesores y trabajadores administrativos que no aceptaron ser sus incondicionales; hostigamiento antisindical contra el SUTUACM (Sindicato Único de Trabajadores de la UACM); una campaña permanente de vituperios macartistas y xenófobos,  y la imposición de reformas para limitar el acceso y permanencia de estudiantes trabajadores y pobres: todo esto creó un explosivo caldo de cultivo. Durante muchas semanas, la dirigencia moderada del CEL, el Foro Académico, los Consejeros por la Legalidad y los Trabajadores en Lucha han buscado infructuosamente un arreglo con la rectoría mediante los “buenos oficios” del GDF, primero, y luego de la Asamblea Legislativa del D.F. Hace una semana, la rectora finalmente firmó un acuerdo. Pero, como en el pasado, no tardó nada en reventarlo.

Esther Orozco, rectora autoritaria de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México quiere la rendición total de los estudiantes y académicos inconformes. (Foto: Prometeo Lucero/La Jornada)

Ahora Orozco y sus secuaces están haciendo todo para provocar un sangriento ataque contra los cinco planteles ocupados por los estudiantes huelguistas. Ella misma reveló el guión en las negociaciones del acuerdo (que luego saboteó), al decir que “existe presión de una corriente política de la ALDF y de algunos funcionarios por resolver este asunto antes del cambio del gobierno”, pero que no por ello iba a ceder (La Jornada, 26 de noviembre). Evidentemente la rectora golpista cuenta con que el mandatario electo del GDF, Miguel Ángel Mancera, quien fuera procurador general del DF, enviará a los granaderos a “limpiar” la UACM de los estudiantes revoltosos, lo que su ex jefe Ebrard ha titubeado en hacer. En eso podría tener razón. Cuando se le preguntó hace un par de semanas, Mancera no descartó enviar la policía. A la pregunta “¿No dudaría en aplicar la fuerza pública?” en la UACM, respondió “Cuando se tienen que tomar decisiones se toman”. Agregó si que no se ha resuelto el conflicto al asumir la jefatura del GDF, “no dudará en ‘tomar las consideraciones’ necesarias para retornar a la normalidad” (El Universal, 14 de noviembre). 

El Grupo Internacionalista advierte que en el actual clima de zozobra y violencia en el DF provocado por la toma de posesión de Peña Nieto, que cuenta con el aval de la clase dominante plasmado en el Pacto por México firmado por el PRI, el PRD y el Partido Acción Nacional, la posibilidad de un toma policíaca de los recintos de la UACM es bien real. Ante este peligro, para evitar un desenlace sangriento de la lucha, es urgente movilizar al movimiento obrero en defensa de los estudiantes en huelga. En concreto, llamamos al SUTUACM a iniciar una huelga de los docentes y trabajadores, haciendo claro que no se puede educar bajo un estado de sitio. Apelamos al STUNAM, el SITUAM, el SUTIEMS, la CNTE y el magisterio en general a declarar que pararían labores ante una invasión policíaca a la UACM. Instamos también a sindicatos obreros como el del Metro, el de trabajadores del GDF y de otros sectores industriales a usar su enorme poder para impedir una nueva matanza y la imposición de una férrea dictadura orozquista. Porque en el fondo, este conflicto universitario es una lucha de clases.

No es casualidad que se busque regimentar a los estudiantes al mismo tiempo que se golpea a los trabajadores mediante una “reforma” laboral que se propone abaratar el costo de la mano de obra (es decir, bajar aún más los salarios de miseria), facilitar los despidos y destruir los sindicatos. Todo esto forma parte de los planes imperialistas cocinados en los institutos financieros internacionales como el Banco Mundial, el FMI y la OCDE. Los estudiantes y los trabajadores mexicanos enfrentan los mismos ataques que sus compañeras y compañeros en España, Grecia, Chile o Estados Unidos y Canadá. Hace 13 años la intervención del Sindicato Mexicano de Electricistas impidió en un momento crítico la toma de la Universidad Nacional Autónoma de México por el ejército. Tras diez meses en huelga y más de mil arrestos, los estudiantes de la UNAM impidieron la imposición de cuotas.[1] Ahora nuevamente incumbe a los trabajadores utilizar su fuerza, a sabiendas que de impedir el ataque contra los estudiantes, académicos y trabajadores de la UACM, asestarían un fuerte golpe contra las mismas fuerzas que quieren destruir sus sindicatos.

Hemos señalado que desde el inicio, la lucha en la Universidad de la Ciudad de México ha tenido un apoyo masivo entre los estudiantes (ver “¡Defender la huelga de la UACM!” Revolución Permanente n° 1, octubre de 2012). Sin embargo, también desde el primer momento, muchos estudiantes y docentes en lucha han tenido ilusiones en los gobernantes perredistas del Distrito Federal. Dado que la UACM fue fundada por Andrés Manuel López Obrador, como recuerdan en cada momento las fuerzas derechistas, pensaban que sus sucesores al timón del GDF los rescatarían ante el intento de la rectora golpista de hundir el proyecto de una universidad abierta a los sectores más empobrecidos de la población. Cuando el 26 de noviembre se celebró el “acuerdo” entre los huelguistas y los sectores orozquistas, muchos cantaron victoria. Mientras los mariachis entonaban “Las golondrinas”, hubo vítores y lágrimas en las escalinatas de la Asamblea Legislativa que se desbordaba de alegría. Pero sólo se “ganó” un Consejo Universitario con una exigua mayoría potencial de antiorozquistas. Luego, a los dos días de la firma, los secuaces de la rectora se marcharon.

En realidad, el acuerdo era una capitulación ante el GDF, pero a “Elba Esther” Orozco no le interesa llegar a una situación de convivencia con sus opositores, sino la rendición total de éstos. Y para conseguir eso en todo momento la rectoría ha azuzado la violencia y ha pedido la represión estatal. Temprano en la huelga, uno de los consejeros cachirules, un tal Jacobo Venegas, encabezó un grupo de taxistas piratas de Cuautepec que el 6 de septiembre llegaron con una cincuentena de vehículos a las puertas del plantel para amedrentar a los paristas. Otros grupos porriles, con una creciente sed de sangre, proliferaron para unificarse más tarde en la RED, la mal llamada “Red de Estudiantes en Defensa de la Educación”, que intenta desatar una caza de brujas contra estudiantes y docentes críticos. En octubre, uno de sus integrantes golpeó brutalmente al estudiante Pedro Catorce, también de Cuautepec, a causa de lo cual éste podría perder la vista en un ojo. Asimismo, el secretario del falso Consejo Universitario, Carlos Arriaga, ha solicitado la entrada de la policía para romper la huelga (y de paso algunas cabezas).

Aunque ha habido ciertas tensiones entre la rectora y el GDF y la ALDF sobre el uso de la policía, Orozco has sido impuesta en la UACM para realizar un proceso de expulsión en masa de estudiantes mediante la modificación de los criterios de ingreso y permanencia en la Universidad. Su triunfo implicaría la salida inmediata de los estudiantes que trabajan para pagar sus estudios o mantener a sus familias, así como de los estudiantes que provienen de sectores empobrecidos, golpeados por la dura crisis económica que sacude al país. Este programa no es algo particular que se le haya ocurrido a ella. Orozco fue instalada como rectora en 2010 como candidata de Ebrard, con base en su gestión del Instituto de Ciencia y Tecnología del D.F. (ICyT), durante la cual celebró un contrato millonario con la Rand Corporation, un think tank militar de EE.UU. formado para librar la guerra fría antisoviética. Ebrard defendió a la rectora diciendo que ella “plantea reformas necesarias” para la UACM, ante protestas contra su proyecto de filtrar (expulsar) a estudiantes mediante un examen de admisión disfrazado, en nombre de la “excelencia”.[2]

Mientras firmaba el efímero acuerdo, Orozco lo criticó porque “el problema no se resuelve de fondo”, según Reforma (27 de noviembre). En eso tiene razón. Y el fondo es que los capitalistas de todo el mundo están intentando imponer un modelo excluyente en la educación superior. En algunos países, esta receta ha incluido el cobro de cuotas impagables para echar a los (pocos) hijos de trabajadores que alcanzan a llegar a la universidad; en otros países, ha incluido el intento de esclavizar a los estudiantes mediante deudas imposibles de saldar  por medio de “créditos” bancarios para “pagar” su educación, como en Chile. Esta receta ha incluido también el propósito de destruir los sindicatos del sector educativo (como en el caso de la nefasta ACE, el pacto firmado por el gobierno de Calderón y el SNTE, el seudo “sindicato” corporativista a las órdenes de Elba Esther Gordillo que regimienta al magisterio mexicano.

Contra lo que afirman los patrones y los políticos a su servicio, la educación es un derecho y no una mercancía. En México, los diversos partidos burgueses, desde el PRI y el PAN hasta el PRD y Morena, son enemigos declarados de la educación pública, como lo muestra la santa alianza que han formado, por ejemplo, para desmantelar el sistema de educación normalista rural en el país (véase nuestro artículo “¡Defender las normales rurales!” en el suplemento de El Internacionalista, noviembre de 2012). Por ello, aunque garantizar educación gratuita para todos es un elemental derecho democrático, para nada incompatible de por sí con el capitalismo, en esta época es rechazado por la totalidad de la clase capitalista. Esto fue confirmado una vez más en el “Pacto por México” entre PRI, PAN y PRD que anuncia una guerra contra los maestros mediante un “un sistema de evaluación integral”, y que apoyaría solamente a “las normales para que impartan una educación de excelencia” utilizando eficazmente el “capital humano”. Es por ello que resulta preciso librar la lucha con una política proletaria y revolucionaria.

Los dirigentes de la huelga de la UACM han buscado en todo momento un arreglo con la rectoría, con el respaldo del gobierno perredista. Hay algunos sectores que han tomado una postura tácticamente más radical, pero que se han enfocado más bien en atrincherarse en lugar de extender la huelga a los trabajadores con una perspectiva clasista. En lugar de luchar por el mantenimiento del C.U. elegido en agosto, para ir al fondo en la defensa de la educación pública, gratuita y de alta calidad para todos, hay que expulsar a la rectora y todo su equipo golpista, abolir la institución de la rectoría y el fraudulento Consejo Universitario, que sólo administran la universidad en interés del capital, y organizar un gobierno universitario de estudiantes, profesores y trabajadores, en la perspectiva de luchar por la revolución obrera. En el curso de movilizar a la clase obrera en defensa de la huelga estudiantil, se podría comenzar ya con la elección y instalación de tal consejo verdaderamente democrático… y revolucionario.


[1] Ver “La huelga de la UNAM y la lucha por la revolución obrera”, El Internacionalista, marzo de 2000.

[2] Exactamente el mismo jarabe fue utilizado en la Universidad de la Ciudad de Nueva York en 1999 para eliminar los restos de las “admisiones abiertas” que se ganó con una huelga estudiantil en el año 1969, y con el apoyo de los sindicatos obreros. Ver nuestro artículo, “Smash Racist Purge of CUNY– Fight for Open Admissions, Free Tuition!”, The Internationalist n° 7, abril-mayo de 1999.


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