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octubre de 2004 Sangrienta represión contra toma
universitaria en Oruro
¡Solidaridad con la lucha estudiantil en Bolivia! Trabajadores marchan en apoyo de los estudiantes de la Universidad Técnica en Oruro, Bolivia, el 7 de octubre. por
Juana B. El siguiente
artículo fue publicado en inglés en Revolution (octubre
de 2004), periódico de los Internationalist Club y Revolutionary
Reconstruction
Club de la CUNY (Universidad de la Ciudad de Nueva York), publicado en
concordancia con el Internationalist Group/Liga por la IV Internacional. El 18 de
septiembre, el Internationalist Club organizó un acto en la
universidad Hunter,
en solidaridad con los estudiantes y trabajadores bolivianos. Pasamos
videos de
las fuerzas gubernamentales, armadas por EE.UU., que asesinaron a gran
número
de manifestantes durante los acontecimientos de octubre de 2003. La
asamblea
decidió hacer circular una declaración en los distintos
planteles de la CUNY
para denunciar los ataques contra los activistas estudiantiles de la
Universidad Técnica de Oruro (UTO), ubicada en el corazón
de la región minera
de Bolivia. El país
sudamericano, uno de los más pobres del Hemisferio Occidental,
ha sido
escenario de repetidas oleadas de represión contra los
trabajadores, campesinos
y pueblos indígenas. En octubre de 2003, el ejército y la
policía asesinaron a
más de 80 obreros, campesinos, jóvenes y pobladores de
zonas pobres en una
fallida tentativa de sofocar las movilizaciones masivas que llevaron a
la
renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada (“Goni”),
favorito de
Washington. Publicamos extensos materiales sobre estos acontecimientos
en El
Internacionalista No. 4 (mayo de 2004). Las
acciones represivas han seguido bajo el ex vicepresidente y sucesor de
Goni, el
actual presidente Carlos Mesa, y han incluido tentativas de aplastar la
lucha
en la universidad orureña. Hay que defender a los 18.000
estudiantes de la UTO,
que en su mayoría provienen de familias obreras y campesinas
empobrecidas,
contra las autoridades instaladas por partidos derechistas y
oficialistas que
se remuneran con salarios enormes a la vez que aumentan los costos de
la
educación. Como señalaron varios participantes del acto
en Nueva York, algo
parecido ocurre con los constantes ataques de las autoridades de la
CUNY a los
estudiantes trabajadores, negros, latinos e inmigrantes que forman la
gran
mayoría de ésta, la mayor universidad pública
urbana de EE.UU. Los ataques a
la educación pública, desde América Latina hasta
Norteamérica y Europa, forman
parte de la embestida burguesa contra los derechos y conquistas
más
fundamentales de los trabajadores. La Liga por la IV Internacional
subraya que
no puede haber una “revolución universitaria” independiente de
la revolución
obrera que derroque a la clase dominante: la lucha contra estos ataques
sólo
puede tener éxito si se basa en el programa proletario de la
revolución
socialista internacional. De hecho, la participación de mineros
de la región
orureña en la lucha de la UTO muestra el gran potencial de una
lucha clasista. La
activista boliviana Juana B. nos envió el siguiente informe. ORURO, 11 de octubre – Los
acontecimientos protagonizados por los
estudiantes de la Universidad Técnica de Oruro (UTO) no son
hechos aislados. A
un año de la convulsión social de octubre de 2003, los diferentes
conflictos del país
continúan acentuándose a medida que el gobierno de Carlos
Mesa, junto con los
partidos de “oposición”, se desenmascara. El pasado mes de julio, Mesa
realizó una jugada
“democrática”, un referéndum sobre su política en
torno al gas natural, que
sigue siendo un enorme regalo para las empresas imperialistas y fue uno
de los
temas centrales de las protestas del año pasado. Así
mismo, la “oposición”
encabezada por Evo Morales, a pesar de su base entre los cocaleros del
Chapare,
permitió sin ningún reparo la reciente escalada de la
erradicación forzosa de
la hoja de coca, lo que dio lugar a una brutal represión
policial y militar que
dejó como saldo un muerto y decenas de heridos a finales de
septiembre. Los universitarios de Oruro
lanzaron su movimiento
en agosto, sacando
a la luz la flagrante corrupción y nepotismo de las autoridades
y docentes reaccionarios, así como los altos costos de
valores [materiales] universitarios, matrículas e ingreso al
preuniversitario. El
rector y
autoridades ganan un sueldo de hasta 18.000
Bs. (pesos bolivianos) al mes (US$2.249, un salario
estratosférico en Bolivia), en comparación con el
mísero salario mínimo de Bs.
450 por mes (US$55) vigente en el país. Estas “roscas”
universitarias, con sus
salarios altos, se comieron el presupuesto de la UTO,
por lo que el déficit es de 3 millones de Bs. sin un centavo
invertido en
infraestructura, libros, bancos y mínimas condiciones de
estudio. Quieren que
el déficit sea cubierto con dinero de los estudiantes que deben
pagar los
costos cada vez más elevados de los valores y matrículas. La Federación
Universitaria Local denunció
estas arbitrariedades. El 2 de septiembre se realizó una multitudinaria y
combativa marcha, protagonizada por los estudiantes, en la que se
tomaron las
instalaciones del rectorado y no dejaron salir a las autoridades de la
UTO. El
rector fue obligado a renunciar por los estudiantes. El movimiento se
caracterizó por las explosiones de
cachorros de dinamita y gritos con consignas en contra de las
autoridades y del
gobierno nacional. La marcha también fue convocada por la
Central Obrera
Departamental y el Comité Cívico en protesta por el
incremento del precio de
los carburantes, y se pidió la renuncia del interventor del
Servicio Nacional
del Sistema de Reparto de Rentas; además se exigió el
“juicio de
responsabilidades” al ex presidente Sánchez de Lozada. En la toma
de los predios hubo
enfrentamientos con estudiantes derechistas de las carreras de
Derecho e Ingeniería, vendidos a las autoridades, pero un grupo
de mineros de
Huanuni salió en defensa del movimiento, ayudando a tomar las
instalaciones. Horas más tarde los
estudiantes
proclamaron un “gobierno revolucionario de la Universidad”. Entre los
puntos
más sobresalientes de sus decretos están: el
desconocimiento de todas las
autoridades universitarias, tomando el total control universitario por
los
docentes, no docentes (trabajadores) y estudiantes, con la
participación de la
Federación Minera, la COD y el Comité Cívico.
Decretaron la asistencia libre de
los estudiantes y que la universidad se adecue a “los objetivos del
proletariado”. El 21 de septiembre el rector
firmó
un acuerdo para iniciar la “reforma universitaria”. Sin embargo, las camarillas
derechistas reaccionaron
al ver sus privilegios y prebendas amenazados. El 1º de octubre,
contrataron
matones y a plan de golpes desalojaron a los dirigentes y activistas. Estos maleantes
dejaron en el hospital a dos compañeros: Roxana Monzón y
Alexander Chino.
Luego Ivone Ibarra
Condarco, activista de la UTO que utiliza
muletas,
fue atropellada por un “desconocido” poco después de una
discusión acalorada
con unos derechistas. La crisis universitaria expresa
la
crisis profunda del sistema. La universidad se podrá transformar
sólo en el
marco de la revolución social tanto nacional como internacional.
Las luchas
deben garantizar una alianza cada vez más sólida con la
clase obrera que es la
que nos asegurará el primer paso hacia la transformación
de la educación. Los
movimientos sin dirección no tendrán éxito. No
dejemos que la lucha de la UTO
se aísle y por sobre todo, forjemos junto a la clase obrera el
instrumento
político proletario. n
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