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abril de 2006  

Huelguistas de SICARTSA asesinados en Lázaro Cárdenas, Michoacán


Después de la encarnizada lucha entre trabajadores siderúrgicos en huelga en el municipio de
Lázaro Cárdenas, estado de Michoacán, y las policías federal, estatal y municipal, el 20 de abril.
(Foto: Arnulfo Mora/Quadratin)

PRI, PAN y PRD: sangrientos partidos de la patronal
¡Por un partido obrero revolucionario!

¡Movilizar la fuerza de la clase obrera contra este sanguinario ultraje!

¡Formar comités obreros independientes del estado y los partidos burgueses!

21 de ABRIL — Alrededor de las 7 de la mañana del día de ayer, un contingente de 800 elementos de la Policía Federal Preventiva (a órdenes directas del gobierno de Vicente Fox Quesada del Partido Acción Nacional [PAN]), secundados por la policía del estado de Michoacán (a órdenes directas del gobierno de Lázaro Cárdenas Batel del Partido de la Revolución Democrática [PRD]) y de la policía municipal (a órdenes directas del alcalde Gustavo Torres Camacho del Partido Revolucionario Institucional [PRI]), lanzó un ataque concertado contra centenares de trabajadores de la Sección 271 del sindicato minero metalúrgico que ocupan las instalaciones desde el 2 de abril. El saldo de este brutal ataque es, hasta el momento, de dos mineros muertos y al menos 120 trabajadores heridos. No obstante, después de duras horas de enfrentamiento con la policía, los obreros lograron retomar la planta.

El ultraje gubernamental podría y debería desencadenar una ola de convulsivas protestas clasistas en el país. Se habla ya de una nueva Cananea, y debería serlo. En medio de agresivas campañas electorales, en las que los candidatos principales se dan con todo, los tres principales partidos burgueses se unen para reprimir a los trabajadores. El Grupo Internacionalista plantea que la respuesta de la clase obrera debe ser la huelga nacional para detener y derrotar la embestida capitalista. Que los mineros de Cananea, Coahuila, Hidalgo y Zacatecas, los portuarios de Veracruz, Tampico y Acapulco, los trabajadores del GDF y del Metro, los maestros de la CNTE y los trabajadores universitarios del SITUAM, STUNAM y el resto de las universidades capitalinas y en todo el territorio de la República, etc., se unan en un solo puño de lucha obrera.

Urge una huelga de verdad. Ahora Francisco Hernández Juárez, a la cabeza del flamante Frente Nacional por la Unidad y la Autonomía Sindical (una alianza neocharra contra el gobierno de Fox) dice que lo ocurrido ayer “abre la posibilidad de que el paro contemplado para el 28 de abril se extienda” de la hora planeada “a las 24 horas”. Ni la retórica hueca ni paros simbólicos son suficientes: hace falta una verdadera contraofensiva obrera organizada por comités obreros independientes de todos los partidos capitalistas.

La policía irrumpió por sorpresa en las instalaciones portuarias de la planta siderúrgica SICARTSA desde la parte trasera de la factoría, desde el mar, mientras los trabajadores se concentraron en la defensa de la entrada principal. La andanada policíaca tenía como objetivo expreso, imponer el desconocimiento que hizo anteayer la Junta Central de Conciliación y Arbitraje. La declaración de “ilegalidad” de esta huelga fue dictada, fundamentalmente, porque “había un situación de molestia de parte de la empresa porque estaba perdiendo mucho dinero”, según El Universal.

Repuestos de la sorpresa, los obreros respondieron. Algunos trabajadores se hicieron de maquinaria pesada para arremeter contra el ataque policíaco. Entretanto, los policías lanzaron ráfagas de rifles de asalto, cayendo así dos metalúrgicos con tiros en la cabeza. Los obreros no se rindieron, y después de enfrentarse durante más de siete horas con elementos de diferentes corporaciones policiales recuperaron las instalaciones de SICARTSA. En la tarde, una marcha de los familiares de los metalúrgicos recorrió las calles de la ciudad de Lázaro Cárdenas.

Este ataque muestra, una vez más, que las diferencias entre los partidos de la burguesía mexicana son, cuando mucho, de orden táctico: a la hora de la represión contra los explotados y oprimidos, se unen para defender sus intereses de clase. Sus manos están manchadas de sangre obrera. He aquí el verdadero rostro de la “democracia” de la “alternancia”.

El atropello sangriento de la patronal tiene el propósito obvio de aplastar a sangre y fuego la ira que despertó en los mineros del país el asesinato en masa de 65 de sus compañeros en la mina de Pasta de Conchos en Coahuila, así como la subsiguiente remoción, por parte del gobierno foxista, de Napoleón Gómez Urrutia como secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros y Metalúrgicos (SNTMMSRM). Después del intento por la Secretaría del Trabajo foxista, en el más clásico estilo del PRI, de imponer una nueva dirección sumisa encabezada por Elías Morales, más de 250 mil trabajadores mineros y metalúrgicos salieron a la calle para protestar. A esto siguieron huelgas en la mina de San Martín en Zacatecas, y la mina de La Caridad en Sonora, y en SICARTSA y la planta de Mittal Steel de Lázaro Cárdenas.

Los trabajadores de SICARTSA tienen una larga historia de lucha, tanto contra el gobierno y la patronal, como contra la dirección del mismo SNTMMSRM. Este “sindicato” corporativista ha sido durante decenios un instrumento del control de los trabajadores por parte del PRI-gobierno. Desde 1978, cuando la Sección 271 pasó temporalmente a manos de una corriente izquierdista (que bien pronto fue destituida por la dirección nacional), una serie de huelgas locales se realizaron en los años 80 no sólo sin el apoyo del SNTMMSRM y su jefe máximo, Napoleón Gómez Sada, sino directamente en contra de ellos. Gómez Sada desarticuló luchas obreras en Altos Hornos de México en Monclova, Fundidora Monterrey, Aceros de Ecatepec, entre otras, y se sumó al proyecto privatizador de los presidentes príistas De la Madrid, Salinas de Gortari y Zedillo. Luego, tras su muerte en octubre de 2001, cuando su hijo Gómez Urrutia heredó la dirección del SNTMMSRM, sus hombres participaron activamente en la campaña patronal para montar un sindicato blanco en Lázaro Cárdenas.

Los combativos trabajadores mineros y metalúrgicos deben luchar por aplastar el grillete charro de los dirigentes corporativistas, representantes abiertos de la burguesía, como los Gómez Urrutia y los Morales —que no son sino títeres del gobierno en turno— para conformar una organización sindical verdaderamente clasista. Gómez Urrutia fue uno de los capataces predilectos del gobierno foxista (como su padre lo fue durante buena parte del priato), pero últimamente ha resultado incómodo al gobierno panista. Había criticado la Reforma Laboral de Fox, y cuando, frente a la furia popular por los muertos en la mina de Pasta de Conchos, Gómez Urrutia se atrevió a criticar a la empresa y al gobierno por “homicidio industrial”, Los Pinos cambió de caballo. Impuso a Morales, quien fue el brazo derecho de Gómez padre y luego el contrincante del “Junior”. Aunque se trata de un ajuste de cuentas dentro del régimen, incide sobre los trabajadores, por lo que hay que movilizarse para rechazar este golpe de fuerza del gobierno.

Cuando el gobierno de la patronal sustituye a sus representantes laborales, lo hace para intensificar la represión e implementar más medidas de “reestructuración laboral” (despidos, recortes salariales, etc.). Así fue cuando Salinas de Gortari botó al desgastado dirigente magisterial Carlos Jonguitud para remplazarlo con Elba Esther Gordillo a la cabeza del SNTE, y es lo que Fox intenta hoy. Los obreros mineros y metalúrgicos deben oponerse tanto a Morales como a “Napito” Gómez, y resistir todo intento del gobierno de imponer o mantener su tutela sobre los trabajadores. Son los trabajadores mismos los que deben deshacerse del corrupto y venal aparato charro de Gómez Urrutia, no el gobierno de los patrones a los cuales éste ha servido históricamente.

Ante el ataque patronal a los trabajadores de SICARTSA, cuya planeación y ejecución realizaron conjuntamente el PRD, el PAN y el PRI, es urgente iniciar una movilización obrera para parar en seco la embestida capitalista. Contra la represión sangrienta, es preciso que los trabajadores de todas las minas y siderúrgicas del país estallen inmediatamente una huelga, en conjunto con los más combativos sectores obreros del país. Para no depender de los burócratas charros del CT, CTM, CROC, etc. y los neocharros de la UNT, llamamos por la formación de comités obreros independientes del estado y los partidos burgueses para organizar la huelga nacional. Ésta debe ser la respuesta proletaria a Fox, quien ordenó: “hagan valer la ley y garanticen el estado de derecho” en Lázaro Cárdenas. En este momento, elementos de la Marina están dentro de la planta, prestos a realizar otro asalto con consecuencias que podrían ser aún más mortíferas.

Los mineros deben deshacerse de la garra corporativista mediante la cual han sido regimentados durante décadas, atados al estado capitalista mediante una organización sindical fundida con el PRI-gobierno (y cuyos mecanismos heredó y conservó el gobierno panista de Fox). Para librar una verdadera lucha por la independencia de clase con respecto a la patronal, hay que romper con los partidos burgueses, principalmente el PRI, el PAN y el Partido de la Revolución Democrática, en torno al cual varios sindicatos “independientes” que salieron del control de la maquinaria corporativista priísta forman un frente popular. Esto es una alianza de colaboración de clases que tiene como objetivo mantener el descontento de obreros y oprimidos dentro de las márgenes de la política capitalista.

De hecho, el ex secretario general de la Sección 271, Rafael Melgoza Radillo, es senador por el PRD. En las elecciones presidenciales, los sindicatos “independientes” hacen proselitismo por la candidatura perredista de Andrés Manuel López Obrador. Pero el PRD tiene las manos manchadas de sangre obrera. Ya desde el 6 de abril, el gobernador perredista de Michoacán, Cárdenas Batel, había azuzado la amenaza de la represión policíaca contra los trabajadores siderúrgicos: mientras los patrones de Mittal Steel (dueños de una de las cuatro empresas en que fue dividida SICARTSA para ser privatizada en 1990-91) enviaban cartas de despido a 300 trabajadores, Cárdenas III anunció que no permitiría “que los obreros en paro tomen las instalaciones del puerto o bloqueen las entradas al municipio y paralicen toda actividad comercial en la zona” (El Sol de Morelia, 7 de abril).

Sobre todo en este período electoral, las luchas obreras no pueden librarse en el terreno de un sindicalismo apolítico. Lejos de votar por cualquiera de estos asesinos partidos de la patronal, la clase obrera y los oprimidos deben luchar por un partido obrero revolucionario, sobre la base de un programa internacionalista. El Grupo Internacionalista, sección de la Liga por la IV Internacional, lucha por conformar el núcleo de una dirección genuinamente revolucionaria, leninista-trotskista, para encauzar las luchas obreras hacia la conformación de un gobierno obrero y campesino en el marco de la revolución socialista internacional. n


Para contactar el Grupo Internacionalista y la Liga por la IV Internacional, escribe: internationalistgroup@msn.com

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