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junio de 2012
 
Misión imposible: #YoSoy132 pretende limpiar la farsa electoral

¡Derrotar la represión burguesa del PRI, PAN y PRD!

¡Obreros al poder!



Contingente del Grupo Internacionalista en la marcha del 10 de junio conmemorando el “halconazo”
de 1971, la matanza realizado por un un grupo de choque paramilitar del PRI que atacó una marcha
estudiantil, con un saldo de decenas manifestantes asesinados.
(Foto: El Internacionalista)


¡Ni un voto a los partidos y políticos capitalistas! ¡Romper con el frente
popular burgués de AMLO! ¡Forjar un partido obrero revolucionario!

10 de JUNIO – La súbita irrupción en el escenario político del movimiento #YoSoy132 hace un mes ha sacudido la hasta entonces sosegada campaña electoral para los comicios del 1° de julio. Al cuestionar la cobertura mediática del duopolio Televisa-TV Azteca y oponerse a la “imposición” de Enrique Peña Nieto del Partido Revolucionario Institucional como presidente, los estudiantes desordenaron el changarro. Comenzó a subir el puntaje en las encuestas de su principal contrincante, Andrés Manuel López Obrador, candidato del Movimiento Progresista, mientras empezaron a caer en picada los números de EPN. Alarmado, el ex presidente Vicente Fox Quesada del Partido Acción Nacional se declaró a favor del priísta, abandonando a su suerte la candidata panista Josefina Vázquez Mota. Entretanto, mientras que tratan con guantes de sede al 132, todos los medios burgueses, incluso los más “progresistas”, vituperan en contra de la lucha magisterial de la CNTE.

Mientras tanto, las diversas corrientes de la izquierda oportunista, que siempre van a la zaga de cualquier nuevo “movimiento”, se intentan montar en el flamante movimiento estudiantil. Los que apoyan a López Obrador y su Movimiento Progresista (Militante, Izquierda Socialista) claman por que el #YoSoy132 enfatice su llamado a favor de un “voto informado” (léase “voto útil” a favor de AMLO). Los que antes llamaban por el boicot de la farsa electoral o por anular su voto (LTS, POS, LUS) archivaron sus proclamas anteriores o, cuando mucho, ahora las susurran, mientras abogan por que el 132 subraye su carácter “apartidista”. Las distintas capillas se unen para intentar empujar a la izquierda a un movimiento que se originó en las universidades privadas y que desde el principio ha tenido un sesgo elitista. Sin embargo, con todas sus referencias a la “Primavera Árabe”, los Indignados europeos o el movimiento Ocupar Wall Street, no pueden esconder el hecho que #YoSoy132 es un intento de lavar la cara del amañado proceso electoral burgués.

Como decimos en pancartas que ostentamos ante la asamblea general del 132 en la Universidad Nacional el 30 de mayo, “Nosotros somos comunistas y luchamos por la revolución obrera”. El Grupo Internacionalista (sección mexicana de la Liga por la IV Internacional) subraya que todos los partidos y alianzas capitalistas son responsables de la represión mortífera que desata la clase dominante en contra de los trabajadores de la ciudad y del campo. Insistimos en que los explotados y oprimidos no tienen ninguna opción por la cual votar en la contienda electoral. Hoy, tal como hace 31 años, cuando los Halcones (un sanguinario grupo de choque financiado por el régimen del PRI-gobierno) disolvieron violentamente la primera manifestación estudiantil tras la masacre del 2 de octubre de 1968 con el asesinato de una veintena de manifestantes, la represión violenta de la protesta social es parte consubstancial del estado capitalista. Y esto no va a cambiar si se elige a tal o cual persona para administrar dicho estado.  Llamamos a no votar por el PRI, PAN, PRD, PT, PANAL, PVEM, MC o ningún otro partido burgués, y a romper con el frente popular lopezobradorista. Llamamos en cambio a movilizar toda la fuerza de la clase obrera en apoyo a los maestros en lucha, hostigados por todo el abanico político patronal (ver el suplemento a El Internacionalista [mayo de 2012], “Elecciones 2012: militarización, ataques antiobreros y farsa electoral”).

Propaganda electoral en el sitio web de #YoSoy132 apoya a los candidatos antipeñanietistas.

Es indudable que hay cierta indefinición política en este movimiento recién nacido, lo mismo que forcejeos entre sus diferentes componentes. Varios grupos de izquierda se quejan de la falta de democracia en la cúpula de la Coordinadora Interuniversitaria que emite declaraciones en nombre de #YoSoy132 y ordena reuniones a puerta cerrada. No obstante, esto no niega que el movimiento en su conjunto tenga una fisonomía política. Al criticar “un proceso electoral manipulado, que pretende restaurar el viejo régimen político”, y que “el rostro de este viejo régimen es el candidato Peña Nieto”, como ha hecho desde el inicio, y al no llamar a no votar, apoya de hecho a los candidatos antipeñanietistas. Al registrarse como observadores electorales ante el IFE, se integran en el aparato electoral del estado capitalista. Al denunciar el autoritarismo innegable del priato y apenas mencionar los más de 60 mil muertos de la “guerra contra el narcotráfico” de Calderón, intenta maquillar el actual gobierno panista.

#YoSoy132 es un grito de desesperación de los hijos de quienes que con su “voto útil” en contra del PRI en 2000 pensaron lograr la “democracia”. En su lugar, cosecharon dos sexenios de gobiernos ultrarreaccionarios del PAN que han atacado brutalmente los derechos de la mujer (equiparando el aborto con homicidio), lanzado una arremetida rompesindicatos (con el asalto a los obreros electricistas del SME) y convertido el país en un “camposanto”, como dice el poeta Javier Sicilia. Al mismo tiempo, el artífice el Movimiento por la Paz con Justicia da besos y abrazos a los candidatos asesinos y represores. Ahora que salta a la vista la posibilidad de la vuelta del PRI a Los Pinos (¡en este caso con el apoyo de Fox!) se asustan los que guardaron silencio ante la militarización desenfrenada del país. Dada la implosión de la candidatura panista, es probable que hoy el “voto útil” estaría a favor de López Obrador, quien ha suavizado su imagen, subrayando una postura “amorosa” hacia el capital. Los del 132, si no es que apoyan directamente a AMLO, con toda su fingida independencia política actuarán como defensores de su voto. Y como en 2006, los socialistas oportunistas serán de nuevo el flanco “de izquierda” del movimiento burgués.

La represión es obra de todos los partidos burgueses

Todo empezó con una visita rutinaria del candidato presidencial que encabeza las encuestas a una universidad privada y una cobertura mediática parcial y mentirosa. El 11 de mayo, el abanderado priísta Enrique Peña Nieto fue estentóreamente abucheado en la Universidad Iberoamericana. Los estudiantes le recordaban su responsabilidad en la represión punitiva de los pobladores de San Salvador Atenco en mayo de 2006, que terminó con el asesinato de dos jóvenes y con la violación a manos de la policía estatal a su cargo de 26 mujeres. Entre gritos de “¡asesino, asesino!”, el candidato que encabeza las encuestas de preferencias electorales tuvo que salir apresuradamente del recinto universitario. Cuando Televisa y periodistas adictos del régimen repitieron las acusaciones de que los estudiantes eran “porros” y “acarreados” por AMLO, 131 de los que participaron en la protesta colocaron un video en las redes sociales donde denuncian la cobertura mentirosa. El video se vuelve viral en Internet, y así nace #YoSoy132.

El movimiento se propaga rápidamente a las universidades privadas de élite del país. Para el 18 de mayo, cientos de estudiantes de la Ibero y del Tecnológico de Monterrey  se manifiestan ante las instalaciones de Televisa en Santa Fe; simultáneamente, estudiantes del Instituto Tecnológico Autónomo de México hacen lo propio ante las instalaciones de Televisa San Ángel. Que Televisa miente no es noticia. Estudiantes de la UNAM, electricistas del SME, maestros de la CNTE protestan regularmente ante la televisora y son ignorados. Pero esta vez, en lugar de repetir los insultos de siempre, los medios de repente cambian de tono: alaban la iniciativa y el civismo de los estudiantes. El origen de clase de éstos es determinante. La Ibero, el Tec de Monterrey, el ITAM no son semilleros de la izquierda, sino escuelas de preparación de la burguesía. Las protestas indican que hay inconformidad en los sectores acaudalados del país. Esta rebelión no nace en Neza o Chalco sino que se extiende desde Polanco y las Lomas de Chapultepec.

Gráfico en el sitio web yosoy132.mx. Y de las alzas del precio de la tortilla, ¿qué?

El carácter de clase del movimiento queda también de manifiesto en sus quejas y demandas. En el sitio yosoy132.mx hay una colección de fotos, muchas de carteles políticos: marcha antipeñanieto, orgullo Ibero, voto útil por MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional) de AMLO, etc.  Una compara los “gasolinazos” de los presidentes priístas (900%, 1,820%, 290%) y panistas (28% y 36%). La comparación es de evidente interés para estudiantes que tienen coche. En cambio, no hay ninguna mención del precio de la tortilla, que subió de 4.5 pesos el kilo en 2000 a más de 12 en la actualidad. El comunicado n° 1 de la Coordinadora Interuniversitaria exige “hacer del acceso a Internet un derecho constitucional efectivo”. Pero ¿qué hay de los más de dos tercios de los mexicanos que no tienen computadora ni IPhone? Del derecho al empleo, a la alimentación, a la vivienda, al transporte público, ni una mención. Es significativo que hasta jóvenes de la clase media alta empiecen a protestar; sin embargo, no representan “la juventud” entera.

La cuestión de clase es también clave cuando se habla de la represión. Es bien cierto que el priísta Enrique Peña Nieto tiene las manos manchadas de sangre, y que es ésta su carta de presentación ante la burguesía mexicana y sus amos imperialistas ansiosos de imponer la “estabilidad”. Sin embargo, hay que recordar que al reprimir los pobladores de San Salvador Atenco, EPN contó con el pleno respaldo militar de la Policía Federal Preventiva, comandada por el presidente panista Vicente Fox. Asimismo, hay que recordar que el enfrentamiento originó con el arresto de vendedores de flores en una espeluznante andanada policiaca ordenada por el alcalde perredista de Texcoco.

En 2006, mientras que los candidatos del PAN, PRI y PRD se daban hasta con la cubeta en la contienda electorera, los políticos de estos partidos burgueses se aliaron y coordinaron una y otra vez para reprimir a los trabajadores. Este fue el caso en Michoacán, cuando el 20 de abril las fuerzas federales panistas, las estatales perredistas y las municipales priístas orquestaron un ataque sangriento contra los trabajadores siderúrgicos en huelga en el puerto de Lázaro Cárdenas. El saldo de este ataque fue de dos obreros asesinados (específicamente a manos de policías estatales bajo el mando de Lázaro Cárdenas Batel, hijo del caudillo perredista Cuauhtémoc Cárdenas) y 41 heridos.

Lo mismo ocurrió ese año con la supresión de movilización popular iniciada por la huelga magisterial de la Sección XXII del magisterio oaxaqueño. En esa ocasión, el tristemente célebre gobernador priísta, Ulises Ruíz Ortiz, tras asesinar con sus “caravanas de la muerte” a más de veinte profesores y miembros de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), solicitó la ayuda federal panista para retomar el control de Oaxaca, ciudad de la que las fuerzas policíacas estatales fueron expulsadas y mantenidas a raya durante seis meses. Entonces, la petición de “ayuda policíaca” federal del asesino Ruíz Ortiz contó con el respaldo explícito del pleno del Congreso Estatal, incluidas las fracciones del PRD, PT y Convergencia.

Hoy también, mientras los partidos y políticos capitalistas compiten con programas políticos muy parecidos, la sangrienta guerra de Calderón contra el narco ha sido financiada y ejecutada por gobiernos estatales y municipales tanto del PAN, como del PRI y el PRD (baste recordar que la campaña militarista de Calderón comenzó con el llamado “Operativo Michoacán”, solicitado por el perredista Cárdenas Batel). Más recientemente, policías al mando del gobernador perredista de Guerrero en contubernio con policías federales bajo el mando de Calderón, asesinaron a dos estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa en la autopista México-Acapulco el 12 de diciembre del año pasado.

Resulta patente, pues, que al oponerse sólo a Peña Nieto y no a los otros candidatos burgueses, #YoSoy132 pasa por alto el carácter represor de la burguesía mexicana en su conjunto. A final de cuentas, lo determinante es la lucha de clases. Es hora de que la clase obrera y los oprimidos se pongan de pie contra sus explotadores y opresores, políticamente y organizando la autodefensa obrera. Para ello es indispensable el axioma fundamental de la lucha proletaria: la más completa y radical independencia de clase con respecto a los patrones, sus políticos y sus partidos.

La “democratización de los medios”

#YoSoy132 se reveló en contra de la “falsa democracia de la telenovela”. Una de sus principales demandas iniciales era que Gobernación ordenara la transmisión en cadena nacional de los insulsos debates entre los candidatos. (Televisa y TV Azteca pronto accedieron a transmitirlo en sus canales más prominentes.) Resulta difícil ver cómo esto podría “concientizar” a la población. El primer debate realizado el 6 de mayo entre los cuatro candidatos fue tan aburrido e insustancial que la nota principal la dieron los 20 segundos en que apareció en la pantalla una edecán del IFE.

Los estudiantes de la Ibero descubrieron que los medios burgueses mienten. Gran revelación. De hecho, esa es su función fundamental: cultivar una “opinión pública” consis­tente con los intereses de la clase capitalista. Subsecuente­mente, #YoSoy132 inscribió en sus banderas la demanda de “democratización” de los medios de comunicación y, para ello, propusieron incentivar la competencia mediante la concesión de nuevas cadenas televisivas en el país. Pero aunque haya muchas cadenas más, o mil canales de televisión de cable, como ocurre en Estados Unidos, los medios masivos de información seguirán siendo un medio para dominar a los explotados y oprimidos.

YoSoy132 ante el IFE (arriba) imita con sus guantes blancos la reaccionaria movilización estudiantil venezolana de 2007 a favor del canal de televisión golpista RCTV.
(Fotos: Oscar Mireles/Reforma, Juan
Barreto/Agence France-Presse)

Algunos grupos de izquierda han tratado de dar una lectura “anticapitalista” a la reivindicación de democratizar el acceso a la información. Es el caso notablemente de la Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS). En su periódico Estrategia Obrera (n° 97, 8 de junio) mencionan, correctamente, que “mientras exista la sociedad de clases, la libertad de prensa se traduce en libertad de empresa”. O como dijera el connotado publicista norteamericano H.L. Mencken, “la prensa es libre para quien es dueño de ella”. Sin embargo, la LTS luego aboga por “la expropiación sin pago a los dueños de los grandes medios de comunicación, y que éstos funcionen bajo control de sus trabajadores”. Y todo esto sin mencionar la palabra revolución.

Asimismo, la LTS exige que “cualquier grupo de trabajadores, estudiantes o de organizaciones … tenga el derecho y los recursos, solventados por el Estado, para publicar sus posiciones”, y propone que se “luche además por subsidios y presupuesto para los medios independientes, las radios comunitarias”, etc. Todo esto alimenta peligrosas ilusiones democraticistas, en que el actual estado de los explotadores puede, bajo presión, verse obligado a servir a los intereses de los explotados. Pedir a un gobierno burgués que expropie los medios de comunicación o que provea subsidios, inevitablemente entregaría el control sobre la información al estado capitalista, sin importar las melosas palabras sobre “control de sus trabajadores”.

Un verdadero acceso a los medios de comunicación para los explotados y oprimidos es posible únicamente en medio de  una aguda lucha de clases. En Oaxaca en 2006, los trabajadores organizaron su Radio APPO al ocupar las instalaciones de Radio Universidad, y luego tomaron el Canal 9 de televisión así como, durante un tiempo, varias emisoras comerciales. Pero sólo pudieron hacer esto, y así contrarrestar la mentirosa propaganda burguesa orquestada por el gobierno y por los dueños de las estaciones de radio y televisión privadas, porque durante varios meses mantuvieron fuera de la capital oaxaqueña al aparato represivo del capital.

No es posible una democratización de los medios informativos en el marco del capitalismo. El control de los medios de comunicación por parte de los explotados y los oprimidos sólo podrá imponerse mediante la expropiación de la burguesía en su conjunto, por la revolución obrera.

¡Forjar un partido obrero revolucionario!

Después de algunos días de vacilación, el 22 de mayo por la noche, en vísperas de la asamblea interuniversitaria a celebrarse en Ciudad Universitaria, el grupo juvenil de la seudotrotskista LTS, Contracorriente, anuncio su adhesión al nuevo movimiento, proclamando “¡Hoy más que nunca, todos somos #132!” En un artículo anexo propuso masificarlo mediante “un pliego petitorio común o manifiesto que unifique el conjunto de las reivindicaciones de la juventud”. ¿Un programa común de toda la juventud? La premisa implícita de la posición de Contracorriente es que la juventud está más allá de la división de la sociedad en clases. Nada más falso.

En México el acceso a la educación superior está seriamente restringido (apenas el 25 por ciento de los jóvenes entre 19 y 25 años asiste a alguna institución de educación superior), por lo que buena parte de los estudiantes universitarios forma parte de la alta pequeña bur­guesía y de la burguesía. Entonces, las primeras demandas de un movimiento de estudiantes universitarios que origina en las universidades privadas deben ser por la expropiación de éstas; por la apertura de las universidades a todos los que quieren estudiar; por el control de las universidades por consejos de estudiantes, docentes y trabajadores; por la eliminación de toda cuota y cobro en todo nivel educativo, y por un estipendio vital para los estudiantes.

El movimiento #YoSoy132 busca una “democracia real”, al igual de los “indignados” de Europa, con los cuales trazan líneas de parentesco. Ahora bien, el derecho a una educación pública gratuita y de calidad no es sino una demanda democrática, por lo que de por sí no es incompatible con el capitalismo. Empero, salvo algún caso excepcional, en esta época de decadencia capitalista, este derecho sólo se puede lograr mediante una movilización revolucionaria del poder de la clase obrera. El hecho de que hasta estudiantes de la pequeña burguesía acomodada se están movilizando, tanto en México como en el sur de Europa, indica la profundidad de la crisis económica mundial. Pero para realmente combatir la opresión y la miseria, tendrán que romper sus lazos con las clases dominantes y ponerse al lado del proletariado y los oprimidos en la lucha de clases.

A pesar de las enormes esperanzas que ha generado por la súbita movilización de miles de jóvenes, el movimiento #YoSoy132 es esencialmente electorero con un programa burgués. Como comunis­tas nos oponemos fundamentalmente a esta perspec­tiva. Señalamos que no hay que dar ni un voto a ninguno de los candidatos burgueses. Urge construir un partido leninista de la vanguardia del proletariado, armado con el programa trotskista de la revolución permanente. Así, al subrayar que la lucha por la realización de las tareas democráticas más acuciosas (tierra para los campesinos, derechos democráticos en la realidad y no sólo en el papel) transciende los marcos del sistema capitalista, este partido ha de luchar por un gobierno obrero y campesino que inicie la revolución socialista, expropiando a los capitalistas y extendiéndose internacionalmente.

El Grupo Internacionalista, sección mexicana de la Liga por la IV Internacional, tiene como su tarea la de formar un grupo combativo de propaganda que prepare a los cuadros de un futuro partido obrero revolucionario. En esta lucha es indispensable atraer a los jóvenes proletarios, pero también a los estudiantes radicalizados más conscientes, al campo de la revolución obrera. Te invitamos a sumarte a este empeño.


Para contactar el Grupo Internacionalista y la Liga por la IV Internacional, escribe a: internationalistgroup@msn.com

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