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  julio de 2021

Instigadores contrarrevolucionarios explotan frustración por crisis económica

La verdad acerca de
las protestas en Cuba

¡Defender la Revolución en contra del imperialismo norteamericano y sus testaferros!

¡Luchar por la revolución socialista internacional!


¡Romper el bloqueo! ¡Abajo el chantaje pandémico!

EE.UU., Mafia gusana de Miami: ¡saquen las manos de Cuba y Haití!

¡Movilizar consejos obreros para defender las conquistas de la Revolución Cubana!


La Habana, 11 de julio: protestas antigubernamentales fueron alimentadas por las penurias económicas derivadas de la pandemia del coronavirus y 60 años de bloqueo económico, pero fueron instigadas, propagadas y explotadas por contrarrevolucionarios (como puede verse en las consignas que aparecen en la pancarta).
(Foto: Alexandre Meneghini / AP)

23 de JULIO de 2021 – Las protestas que tuvieron lugar en varias decenas de ciudades y pueblos de Cuba, así como en diversos lugares en la capital y sus alrededores, el 11 de julio son las mayores movilizaciones antigubernamentales desde el inicio de la Revolución. Aunque fueron alimentadas por la desesperación provocada por la escasez de alimentos, la falta de medicinas y los apagones que han asolado la isla tras la pandemia del coronavirus, las manifestaciones fueron instigadas, manipuladas y explotadas por fuerzas que buscan derribar la Revolución Cubana. Cuba cuenta con un sistema ejemplar de salud pública que ha sido capaz de contener al virus de mucho mejor manera que prácticamente cualquier otro país del planeta aparte de China. Sin embargo, los gobernantes norteamericanos buscan aprovecharse de la crisis económica producida por la pandemia y de la fatiga resultante de 60 años de bloqueo imperialista. En esta difícil situación, el primer deber de los comunistas revolucionarios, tanto en Cuba como a escala mundial, consiste en combatir activamente las fuerzas de la contrarrevolución capitalista.

Los medios imperialistas se mostraron sorprendidos por la “erupción aparentemente espontánea” en lo que describe como un “estado policíaco”, en contra de la incapacidad del gobierno cubano de “proteger a la población ante una economía en declive, cortes de energía y de los estragos del coronavirus”.1 El virulento exilio en Florida empleó las redes sociales para vociferar que las protestas no tenían nada que ver con el virus ni los apagones, sino que representaban un levantamiento en contra del “gobierno comunista”. Para estos gusanos, como tuiteó el senador de Florida Marco Rubio, “El pueblo en #Cuba protesta en contra de 62 años de socialismo, mentiras, tiranía y miseria, no para ‘expresar preocupación por el incremento en los contagios y muertes de COVID’”. Es absurda la idea de que el pueblo de Cuba añora la “libertad” de la dictadura de Fulgencio Batista en los años 1950, derribada por el ejército rebelde dirigido por Fidel Castro el 1º de enero de 1959. Sin embargo, estas declaraciones dejan bien claro qué es lo que se proponen los gusanos que instigaron las protestas.

Cuba está sumida en la más profunda crisis económica desde el “Periodo Especial” de los años 1990, cuando la contrarrevolución dirigida por los imperialistas que destruyó a la URSS cortó el vital apoyo económico soviético a la isla. El desabasto actual, aunque no es tan severo como entonces, ha dificultado tormentosamente la vida cotidiana en la isla. Además, ahora la población cuenta con internet móvil de manera que las partes interesadas pueden diseminar ampliamente sus “noticias”, sean verdaderas o falsas. Por añadidura, el exilio contrarrevolucionario en la cercana Florida está ansioso de provocar caos en la región en la cauda de la derrota de “su” presidente, Donald Trump, en noviembre pasado. (Gusanos cubanos y venezolanos de Miami parecen también estar íntimamente involucrados en el asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse el 7 de julio.) La situación podría empeorar toda vez que cubano-americanos de Florida hablan ya de despachar una provocadora “flotilla libertad” para sitiar La Habana.


La Habana, 11 de julio: los medios occidentales no informaron que cientos de partidarios del gobierno (arriba) salieron a las calles para oponerse a las protestas contrarrevolucionarias, o las describieron falsamente como si supuestamente presentaran a manifestantes antigubernamentales. (Foto: Yamil Lage / AFP)

El número de participantes en las protestas del 11 de julio parece relativamente limitado: entre 3 y 5 mil en La Habana, unos cuantos cientos o unas pocas decenas en ciudades y poblados más pequeños en cuatro de las ocho provincias de Cuba. Difícilmente puede llamarse a esto un levantamiento. Pero el hecho de que se realizaran simultáneamente en diversas localidades es un hecho ominoso – aunque el hecho de que ocurrieran en dichas localidades y no en otros puntos es un elemento fundamental. No se trató de nada espontáneo. Par muchos participantes se trató, sin duda, de un grito de desesperación ante los apagones, las interminables colas y todas las demás dificultades que los cubanos han tenido que aguantar durante años debido al espantoso bloqueo económico. Pero las protestas fueron un acto político y, a juzgar por los videos que fueron publicados en línea, estuvieron encabezadas por grupos de provocadores que establecieron la tónica; su diseminación fue resultado de una sofisticada operación de Internet mediante miles de tuits automatizados, y que fueron pregonados por los portavoces del imperialismo norteamericano, desde el republicano Rubio, hasta el demócrata Joe Biden.

Cuando el supuesto “líder del Mundo Libre” –esto es, libre para la explotación capitalista– promete “estar del lado del pueblo cubano en su toque de clarín por la libertad”, lo que está haciendo es amenazar con una acción imperialista. La campaña #SOSCuba que tiene como base Miami, ha llamado a favor de un “corredor humanitario” para llevar ayuda a la isla. Lo que tienen en mente es algo así como el (fallido) sitio a Venezuela de febrero de 2019 orquestado por el gobierno de Donald Trump, que intentó invadir el país por mar y tierra bajo la guisa de proveer suministros de emergencia. Las protestas del 11 de julio formaron parte de la operación #SOSCuba, pero en lugar de condenar esta cínica estratagema, buena parte de la izquierda reformista en Estados Unidos (y en algunos países de América Latina) se alineó con Biden, y aplaudió las protestas manipuladas. Varias corrientes socialdemócratas que a veces se hacen pasar como trotskistas –lo que no son para nada– se cuentan entre los peores de estos lamebotas de los imperialistas. (Pronto publicaremos un análisis de las posiciones de varias de estas corrientes con respecto a los recientes acontecimientos en Cuba.)

En contraste, frente a la movilización contrarrevolucionaria, el Grupo Internacionalista y la Liga por la IV Internacional (LIVI) llaman a defender la Revolución Cubana en contra del imperialismo norteamericano y sus testaferros, lo que subraya la urgencia de luchar por la revolución socialista internacional. En contra de la venenosa palabrería sobre un “corredor humanitario” que sirva de cortina de humo para la intervención imperialista, llamamos a romper el bloqueo y a barrer con el chantaje pandémico. Con la economía socializada cubana bajo el asedio de anticomunistas y puesta en riesgo por la política privatizadora de la burocracia gobernante, la trotskista LIVI llama a movilizar consejos obreros para defender las conquistas de la Revolución Cubana!

I. Protestas “Made in Miami

No cabe duda de que lo que avivó las manifestaciones es el fardo de las increíbles privaciones que la población ha enfrentado en meses recientes. El desabastecimiento de alimentos es bien real y resulta directamente de la imposibilidad de Cuba de conseguir divisas fuertes (moneda convertible) mediante exportaciones debido al bloqueo económico, así como al colapso del turismo como resultado de la pandemia. Asimismo, los apagones se deben a que algunas plantas generadoras tuvieron que desconectar unidades para la realización de reparaciones demoradas como resultado de la imposibilidad de importar repuestos. La primera protesta ocurrió en San Antonio de los Baños, al poniente de La Habana, en respuesta a un apagón en medio del calor estival. La estación radial gubernamental, Radio Artemisa, publicó un detallado horario de cortes de energía en virtud del cual se suspendería el servicio durante seis horas al día en cada barrio a lo largo del fin de semana, pero en realidad los apagones se extendieron hasta 12 horas. Hablando en la televisión el 12 de julio, el ministro de energía explicó que las unidades volverían a funcionar en poco tiempo (lo que de hecho se logró para el miércoles), aunque advirtió que podrían volver a ocurrir.

Anticomunistas instigaron la marcha en San Antonio de los Baños, 11 de julio.  (Foto: tomada de Facebook)

En la protesta que reunió a varios cientos de personas en San Antonio, los videos muestran a los manifestantes pidiendo vacunas, pero también coreando consignas anticomunistas como “libertad”, “abajo la dictadura” y “patria y vida” –en contraposición con la consigna de “patria o muerte”, estrechamente asociada con la Revolución Cubana. Con todo, Cuba ha combatido extraordinariamente bien la epidemia del coronavirus, con la hospitalización de los contagiados, el aislamiento de sus contactos y el uso del Interferón Alfa 2B desarrollado en la isla para tratar a los pacientes con COVID-19. Aunque las cifras de contagios y muertes van a la alza tras la aparición de la variante Delta, la tasa de mortalidad por COVID en Cuba (160 por millón de habitantes) es menos de la décima parte de la de Estados Unidos y una dieciseisava parte de la de Brasil. Cuba ha desarrollado varias vacunas y ya está administrando dos de ellas con más del 90 por ciento de eficacia, la Soberana 2 y la Abdala, que comenzaron a ser distribuidas en masa el 9 de julio.

Videos de la protesta anticomunista en San Antonio de los Baños han sido transmitidos reiteradamente en Internet. Lo que no se muestra es que un par de horas más tarde hubo una segunda marcha en San Antonio compuesta por varios cientos de partidarios del gobierno, incluidos trabajadores de la planta local de tabaco. El presidente cubano y secretario general de Partido Comunista de Cuba (PCC) Miguel Díaz-Canel habló con residentes en sus casas y se dirigió a la prensa en la plaza central de la localidad. Más tarde apareció en televisión, radio e Internet para hablar sobre la escasez de alimentos y medicinas, los cortes de energía y la campaña mediática para desacreditar a Cuba, y concluyó con un llamado “a todos los revolucionarios a salir a las calles a defender la revolución en todos los lugares”.2 Aunque denunció a los “contrarrevolucionarios” que encabezaron la protesta, el dirigente cubano afirmó que entre los manifestantes había personas “en condiciones severas” y hasta “revolucionarios que pueden estar confundidos” que estaban “expresando sus insatisfacciones”.


Marcha progubernamental en San Antonio de los Baños el 11 de julio en la que participaron trabajadores de la planta tabacalera Lázaro Peña, llamada así en honor del histórico dirigente sindical cubano. (Foto: Alexandre Meneghini / AP)

El hecho de que estas manifestaciones fueron parte de una operación internacional queda de manifiesto en la cronología. A las 12:37 p.m. del 11 de julio, un tuit de Yoani Sánchez, la celebridad anticomunista de Internet, anuncia que el pueblo está marchando en San Antonio. A las 12:45 un video muestra a una persona que grita en la manifestación en San Antonio “abajo la dictadora” y que califica al dirigente del PC Díaz-Canel como un “singao” (“hijo de puta”). A las 12:56, aparece una alerta del Movimiento San Isidro (MSI)3 de permanecer en alerta “ante los eventos en San Antonio de los Baños”. A la 1:11, el MSI declara “el pueblo de Cuba está en las calles”. A la 1:20, #SOSCuba convoca en Miami a concentrarse a las 2 p.m. A la 1:22, aparece otro video anticomunista de San Antonio de los Baños. A la 1:37, el MSI “convoca a las organizaciones de la sociedad civil a salir a las calles”. A la 1:41, el fundador del MSI, Luis Manuel Otero Alcántara, llama a la población de La Habana a dirigirse al Malecón. A la 1:57, aparece el video de una protesta en la ciudad de Palma Soriano. A la 1:59 hay un video de la ciudad de Matanzas que muestra a una multitud manifestándose.

No, no se trató de una “erupción espontánea”, como los medios lo describen. Agencias estadounidenses han invertido grandes cantidades de dinero desde hace años para usar el Internet para incitar e instigar la contrarrevolución en Cuba. En 2010, la infame Agencia para el Desarrollo Internacional de EE.UU. (USAID) lanzó la tramposa aplicación de mensajería ZunZuneo con la esperanza de que cuando alcanzara una masa crítica, los operadores pudieran insertar “contenido político con el propósito de inspirar a los cubanos a organizar ‘smart mobs’ (turbas convocadas por internet) –muchedumbres masivas repentinas que puedan disparar una Primavera Cubana”4 Lo que ocurrió el 11 de julio fue la realización de este proyecto con el empleo de Facebook y Twitter. Pero hasta esto exige tener “activos” en el lugar. Cualquiera que fuera el origen de los sucesos originales de San Antonio de los Baños, el segundo estallido en Palma Soriano en el oriente de Cuba fue claramente la obra de grupos contrarrevolucionarios. Esta ciudad ha sido históricamente un centro de la reacción católica en torno al culto de la Virgen del Rosario. Es también la cuna de José Daniel Ferrer, la cabeza visible de la contrarrevolucionaria Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), así como agente a sueldo de EE.UU. Esta organización recibió 99,431 dólares en 2016 de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) con sede en Miami.5

Al cierre de esta edición ha aparecido un artículo en la revista digital gusana El estornudo (22 de julio), titulado “11 de julio en San Antonio de los Baños: Lo que se ve/lo que no se ve”, que ofrece una descripción extremadamente detallada, con imágenes tomadas de Internet incluidas, sobre cómo se organizó la primera protesta. Resulta que fue obra de un grupo de Facebook, “La Villa del Humor”, que ha estado activa en la ciudad –donde se ubica el más importante aeropuerto militar de Cuba– desde 2017. El principal organizador, que usa el seudónimo de Danilo Roque, declaró más tarde que “Decidimos mi equipo y yo que era el momento de dar el golpe, ya que el gobierno estaba concentrado en el COVID”. El 10 de julio publicaron un llamado en el grupo de Facebook para manifestarse al día siguiente, utilizando el pretexto de los apagones: “ «¿Cansado de no tener corriente? … Es hora de salir y exigir.” Esta “protesta espontánea” fue la obra de provocadores contrarrevolucionarios.

El 11 de julio, mientras que los videos y tuits aparecían en línea, eran bombeados en las redes sociales mediante miles de mensajes, para lo que se “hizo un uso intensivo de robots, algoritmos y de cuentas recién creadas para la ocasión”.6 El sitio cubano CubaDebate (12 de julio) informó que un analista de datos español, Julián Macías Tovar, documentó que la primera cuenta de Twitter en usar el hashtag #SOSCuba, perteneciente a un usuario español, envió 1,291 tuits el 11 de julio, y más de un millar un día antes. Éstos fueron reposteados por otras cuentas, de modo que el 11 de julio hubo “cientos de miles de tuits y la participación de muchas cuentas de artistas” acerca de las protestas en Cuba. Una publicación en línea de un reportero de la televisión en Florida acerca de San Antonio de los Baños fue retuiteada miles de veces. Además, “más de 1 500 cuentas de las que participaron en la operación con la etiqueta #SOSCuba fueron creadas entre el 10 y el 11 de julio”.

Un segundo análisis, realizado por Mint Press (16 de julio), cita a la “directora para América Latina de la NBC [cadena televisiva norteamericana], Mary Murray [quien] señaló que fue únicamente cuando transmisiones en vivo de los eventos fueron seleccionados y potenciados por la comunidad expatriada en Miami que la cosa ‘empezó a prenderse’”. El análisis señala “los cientos de cuentas que tuiteaban exactamente las mismas frases en español, repletas de los mismos errores ortográficos”. Uno dice “Los cubanos no queremos el fin del embargo si eso significa que el régimen y la dictadura se mantienen, queremos que se vayan, no más comunismo”. El artículo señala también el frecuente empleo de fotografías de grandes manifestaciones gusanas en Estados Unidos en artículos acerca de las (mucho menores) protestas en Cuba, así como varias fotos etiquetadas como protestas en La Habana cuando en realidad muestran a cientos de partidarios de gobierno, tales como los reunidos en el monumento al luchador independentista cubano Máximo Gómez en las que los manifestantes enarbolaron la bandera del Movimiento 26 de Julio de Fidel Castro.

Tuit de #SOSCuba llama a favor de una “intervención humanitaria” en Cuba. Petición con 430 mil firmas solicita una intervención militar de EE.UU. El alcalde de Miami exige una guerra aérea.

El artículo de Mint Press de Alan MacLeod lleva por título “The Bay of Tweets: documentos apuntan a la mano de Estados Unidos en protestas en Cuba”, en referencia a la desastrosa invasión norteamericana de Bahía de Cochinos (Playa Girón) realizada en abril de 1961 por el presidente demócrata John F. Kennedy. Fue entonces que Fidel Castro dirigió milicias obreras y tropas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias para aplastar a 1,500 mercenarios armados por EE.UU. La respuesta de Castro a la invasión consistió en la proclamación de que hemos “hecho una revolución socialista en las propias narices de los Estados Unidos”. El artículo señala también la explosión de 1898 que hundió al USS Maine en el puerto de La Habana, que la prensa amarillista convirtió en el pretexto para la guerra con la que EE.UU. impidió la victoria de las fuerzas independentistas cubanas y con la que arrebató la colonia a España. Esta vez, una petición en change.org que solicita una intervención militar “humanitaria” en Cuba ha reunido más de 430 mil firmas.

Hoy, la maquinaria propagandística de la Gran Mentira imperialista acelera sus engranes para presentar las protestas del 11 de julio como una revuelta popular en contra del comunismo. El exilio ultraderechista cubano querría usarlas también como pretexto para una invasión norteamericana. El alcalde de Miami ha solicitado el inicio de una “guerra aérea” contra Cuba. Como señaló el canciller cubano Bruno Rodríguez en una conferencia de prensa realizada el 13 de julio, “Pedir una intervención humanitaria en Cuba es pedir una intervención militar estadunidense… Intervención humanitaria fue lo que ocurrió en Yugoslavia en 1999” bajo el presidente demócrata Bill Clinton.7 Esto es lo que algunos tienen en mente para Cuba hoy. Pero a diferencia de la capitalista Yugoslavia en 1999, Cuba es un estado obrero (burocráticamente deformado). Cuando el dirigente del PC Díaz-Canel afirma que si quieren derribar la Revolución “tienen que pasar por encima de nuestros cadáveres” no se trata de nada abstracto. Todo miembro del Partido Comunista sabe bien que la contrarrevolución en Cuba y el regreso de los degolladores gusanos desembocará en un baño de sangre.

II. “Disidentes” cubanos en la nómina de EE.UU.


Financiamiento de la National Endowment for Democracy a grupos cubanos en 2018. NED = CIA
(Gráfico: Cuba Money Project)

La Fundación Nacional Cubano Americana antes citada es uno de los principales conductos mediante los cuales EE.UU. financia a los “demócratas” cubanos. En 2011, la Agencia Norteamericana para el desarrollo (USAID) dio a la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba, una creatura de la FNCA, dos millones de dólares para promover el “empoderamiento” en Cuba. A esto se añadió en 2013 1.44 millones de dólares para “abogar a favor de las necesidades de la comunidad, incrementando en consecuencia las expectativas y la rendición de cuentas para una mejor gobernanza” en Cuba. “Las declaraciones fiscales muestras que la organización canalizó al menos 3’324,741 dólares a disidentes cubanos entre 2014 y 2018”, según el Cuba Money Project, dirigido por Tracey Eaton, otrora corresponsal del Dallas Morning News en Cuba. En realidad, la CIA, la NSA, USAID, la National Endowment for Democracy (NED), el Departamento de Estado y demás agencias del gobierno de Estados Unidos gastan vastas sumas de dinero cada año para financiar la subversión anticomunista en Cuba.

En lo tocante al Movimiento San Isidro, el periodista Ed Augustin, en un reportaje publicado en el Guardian de Londres (6 de diciembre de 2020), entrevistó a un miembro del MSI, Esteban Rodríguez, quien se describió a sí mismo como “influencer en redes sociales”. El artículo señala que “Los medios estatales han presentado a los miembros del Movimiento San Isidro como mercenarios norteamericanos”. De hecho: “Hay clara evidencia de que algunos elementos del Movimiento San Isidro tienen lazos con el gobierno de EE.UU. Esteban Rodríguez trabaja para ADN Cuba, un sitio de noticias en línea con sede en Florida al que la agencia gubernamental norteamericana USAID concedió un financiamiento de 410,710 dólares. EE.UU. gasta 20 millones de dólares al año en medios antigubernamentales y en programas para la ‘promoción de la democracia’ (que los críticos dicen que serían más adecuadamente descritos como programas para un ‘cambio de régimen’)”. Augustin cita la opinión aprobatoria de Rodríguez con respecto al fortalecimiento de las sanciones en contra de Cuba, incluido el bloqueo de las remesas familiares, además de su afirmación de que “Si hubiera estado en EE.UU., habría votado por Trump”.

Denis Solís, dirigente del MSI, grita “Donald Trump 2020” cuando policía cubano le entrega un emplazamiento para presentarse al tribunal. Fue el 7 de noviembre de 2020, justo después de las elecciones norteamericanas en que Trump perdió.

Rodríguez no es el único partidario de Trump en el MSI. Cuando un policía cubano llegó a la casa de Denis Solís Gonzáles el pasado 7 de noviembre para entregar un emplazamiento para que se presentara ante un tribunal, el rapero afrocubano filmó el encuentro en el que, junto con insultos homofóbicos, grita “¡Donald Trump 2020! Trump es mi presidente!” Solís posteo entonces su video en Facebook. Cuando fue encarcelado por desacato ante el tribunal, se montó un plantón de protesta afuera del Ministerio de Cultura de Cuba el 27 de noviembre No hubo arrestos y, en cambio, el viceministro participó en un diálogo de cuatro horas con los manifestantes, que concluyó con el acuerdo de verse nuevamente. Pero entonces un nuevo “Movimiento 27 de Noviembre” (27N) envió un correo electrónico en el que exigía que los que participaran en dicha reunión incluyeran a contrarrevolucionarios notorios. El ministro respondió que “no se reunirá con personas que tienen contacto directo y reciben financiamiento, apoyo logístico y respaldo propagandístico del Gobierno de los Estados Unidos y sus funcionarios.”

El MSI en la nómina norteamericana: contrato entre el National Democratic Institute y Luis Manuel Otero Alcántara mostrado en la TV cubana, 2 de abril.
(Foto: Tomada de Canal Caribe.)

El principal dirigente del MSI es Luis Manuel Otero Alcántara, descrito en los medios como “artista de performance”. En abril, cuando preparaba una “muestra artística” dirigida a los niños que consistía en pinturas de envolturas de caramelos,8 la televisión cubana (Canal Caribe) transmitió un programa que mostraba un contrato entre el National Democratic Institute (NDI) y Otero Alcántara con el que se otorgaba a éste un estipendio de “hasta mil dólares” al mes, a cambio de un “informe mensual sobre el uso de estos fondos”. El Cuba Money Project (4 de abril) informó: “El NDI recibió al menos 6’615,674 dólares para programas cubanos entre 2002 y 2021, según muestran los registros”. El NDI está afiliado a la NED, que desde mediados de los años 1970 sustituyó a la CIA en el financiamiento de “disidentes” anticomunistas y que describe su trabajo en Cuba como “capacitación de actores de sociedad civil independientes en Cuba”.

Otro rapero afrocubano que habla a nombre del Movimiento San Isidro es Maykel Osorbo. En un post en redes sociales que fue presentado en la TV Cubana el 11 de diciembre, Osorbo urgía a Trump a invadir a Cuba. Comienza llamando a intensificar el bloqueo contra Cuba, diciendo que debería imponer “un parón [bloqueo] de verdad” con “las costas bloqueadas”, de modo que “no entra nada para adentro, no sale nada para afuera”. Finalmente declara: “Yo apoyo ahora mismo una invasión… Vengan p’ acá, los estamos esperando”. Osorbo y otro miembro del MSI coprodujeron la canción “Patria y Vida” –que se ha convertido en el himno anticomunista– junto con el millonario artista de hip-hop Yotuel Romero y algunos reguetoneros negros en Miami. Las letras escritas por Romero, según se ha informado, son una retahíla de consignas gusanas (“no más mentiras”, “son 62 años haciendo daño”, “ya se venció tu tiempo”). La canción fue entonces popularizada vía Internet por la poderosa maquinaria mediática yanqui, que la CIA denominó como su “Poderosa Wurlitzer” (rocola).9

Como dijo Tracey Eaton del Cuba Money Project a Mint Press acerca del financiamiento de artistas en Cuba: “Es imposible decir cuánto dinero proveniente de los impuestos ha ido a estos programas a lo largo de los años pues los detalles de muchos proyectos son mantenidos en secreto”. Por su parte, la NED lista proyectos recientes incluido el “Empoderamiento de artistas del Hip-Hop como líderes sociales” (para “crear conciencia acerca del rol que los artistas del Hip-Hop tienen en el fortalecimiento de la democracia en la región”) y “Promover la libertad de expresión en Cuba por medio de las artes”. Desde 2017, la USAID ha repartido subvenciones por un monto de 16’569,889 dólares para “promover la democracia” en Cuba, incluyendo 5.7 millones de dólares a la Fundación de la Familia Bacardí tan sólo en los últimos dos años, así como 20 millones al Grupo de Apoyo a la Democracia, una asociación de grupos gusanos de Miami, que luego canaliza los dólares a otros receptores.10

Claramente, el financiamiento de la contrarrevolución en Cuba es un gran negocio. El Movimiento San Isidro es por el momento el grupo favorito de “disidentes” cubanos, tanto de liberales como de conservadores en EE.UU., especialmente por iniciar las protestas del 11 de julio. Hace unos años eran las Damas de Blanco, financiadas por la FNCA. El MSI es un grupo de artistas principalmente afrocubanos del destartalado barrio de ese nombre en La Habana Vieja. Fue fundado en 2018 para oponerse a la implementación del Decreto 349 del gobierno cubano que regula actividades artísticas y culturales. Pero el MSI y sus partidarios en el movimiento 27 de Noviembre, predominantemente blanco, son un movimiento político cuyos propósitos van mucho más allá de los llamados a favor de la libertad artística. El manifiesto del 27N lo dice con claridad:

“2. Libertades económicas. Afirmamos el derecho de todo ciudadano a las distintas formas de participación económica, de propiedad y gestión. Reconocemos el rol de la iniciativa privada y del ejercicio de libertades económicas que posibiliten el impulso de las capacidades productivas y sean generadoras de bienes y servicios esenciales para el desarrollo de la nación.”

Ni una sola palabra acerca de la economía socializada de Cuba, la base de sus grandes logros en educación, salud y medicina, incluido el desarrollo de las vacunas contra el COVID. La defensa que hacen el MSI y el 27N de la empresa privada y de la propiedad privada de los medios de producción es un llamado a la contrarrevolución capitalista.

Un elemento adicional con respecto al Movimiento San Isidro: el académico cubano norteamericano Javier Corrales escribió en el Democracy Digest (15 de diciembre de 2020) de la NED que el movimiento estaba “preparando un ataque contra el sistema al colocar la cuestión de la justicia racial al frente y en el centro”. La verdad es que el MSI ha dicho muy poco con respecto a la igualdad racial o la discriminación, y no por accidente. El sitio AfroCubaWeb señala que de hacerlo, tendría que lidiar con el virulento supremacismo blanco de sus patrones en Miami. El sitio señala también que el rapero pro Trump y pro bloqueo Denis Solís es también bastante “pro-proud boys, cuyo jefe es un afrocubano”.11 De hecho, Enrique Tarrio, jefe de la organización fascista Proud Boys (y otrora informante del FBI), es producto del medio cubano de Miami ante el que habló en la protesta gusana del 11 de julio mientras llevaba una pancarta que decía “Proud Boys, San Isidro Chapter, Abajo con Díaz-Canel y los comunistas”. Estos hechos siniestros subrayan de nueva cuenta que la promoción de la contrarrevolución auspiciada por el imperialismo en contra de la Revolución Cubana va de la mano del terrorismo anticomunista en Estados Unidos, en Cuba y a nivel internacional.

III. Manifestantes desatan violencia,
defensores de la Revolución se movilizan


Carros de la policía volteados por manifestantes antigubernamentales en La Habana, 11 de julio.
(Foto: Yamil Lage / AFP)

Mientras transcurría el 11 de julio, en algunos lugares las protestas anticomunistas se tornaron violentas. En Cárdenas, una patrulla de la policía fue volteada y una tienda MLC (donde se puede comprar en moneda libremente convertible) fue saqueada. Cárdenas, una ciudad predominantemente negra en la provincia de Matanzas, ha sido golpeada duramente por el más reciente incremento de casos de COVID-19, dado que muchos de sus residentes trabajan en la industria turística en el balneario playero de Varadero. En la capital, en dos lugares (ambos ubicados en el sector 10 de Octubre de La Habana), carros de la policía fueron volteados y en un caso una tienda MLC fue atacada. No se trató de las mismas multitudes que marcharon hacia el centro, ni parece que la violencia hubiera sido organizada; en cambio, a juzgar por los videos, los implicados parecen ser jóvenes “marginados” de barrios pobres que la emprendieron contra símbolos de autoridad. La policía arribó en cantidad sólo después del hecho. Portavoces del imperialismo alabaron estas acciones y las calificaron de fervor conta el régimen, aunque por supuesto condenarían actos similares en EE.UU.

Tras estos hechos ha habido toda una gritería en los medios occidentales en torno a la represión policíaca de las protestas del 11 de julio. Entre los que hacen eco de esta cínica propaganda imperialista se encuentran los demócratas “progresistas” Alexandra Ocasio-Cortez (“nos solidarizamos con [las protestas] y condenamos las acciones antidemocráticas dirigidas por el presidente Díaz-Canel”) y Bernie Sanders. En la mayor parte de los casos, la policía permitió que las manifestaciones prosiguieran hasta que éstas se tornaron violentas. Associated Press informó que en La Habana, “Tras dos horas y media de marcha, algunos manifestantes recogieron piedras y las lanzaron contra la policía, y fue entonces que los oficiales comenzaron a arrestar gente y los manifestantes se dispersaron”. Fue en este punto, también, que el Partido Comunista llamó a sus militantes y partidarios a “tomar las calles para defender la revolución”. Y lo hicieron, muchos coreando “patria o muerte”. AP informó: “Alrededor de 300 personas cercanas al gobierno arribaron entonces con una enorme bandera cubana, gritando consignas a favor del difunto presidente Fidel Castro y la Revolución Cubana”.


Manifestantes progubernamentales en el monumento a Máximo Gómez en el centro de La Habana, 11 de julio, despliegan de manera prominente la bandera del Movimiento 26 de Julio de Fidel Castro. Mentira fotográfica: medios occidentales usaron esta foto para supuestamente mostrar el tamaño de las manifestaciones antigubernamentales. (Foto: Eliana Aponte / AP)

Al principio, más de un centenar de manifestantes progubernamentales ocuparon la plaza en torno al monumento a Máximo Gómez, el general dominicano en la Guerra Cubana de Independencia que liberó a los esclavos. Fotografías de esta acción fueron ampliamente utilizadas en los medios occidentales como prueba de la magnitud de las protestas antigubernamentales, cuando en realidad mostraban lo contrario. Las fotos muestran luego a varios cientos de manifestantes en las afueras del cercano Museo de la Revolución. Pero cuando se percató de que la movilización anticomunista, compuesta entonces por alrededor de 2 mil personas se dirigía hacia la Plaza de la Revolución, miembros de la Juventud Comunista se dirigieron rápidamente hacia allá para impedirles el arribo. Muchos de ellos con razón llevaban palos: ¡qué bueno! Fotos de esto fueron citadas como prueba de la “represión”. Lo que estas descripciones no muestran es que los defensores de la Revolución fueron violentamente atacados por manifestantes antigubernamentales. He aquí el reporte de una mujer que trabaja para la radio y televisión cubana:

“Los manifestantes [antigubernamentales] cogieron piedras y les tiraron a dos amigos míos…. Un carro se nos tiró para arriba e intentó atropellarnos, en otro momento alguien sacó un cuchillo y todo el mundo salió a correr. Una vecina nos tuvo que salvar literalmente. Nos abrió la puerta de su casa. Estaban tirando piedras, botellas.”12

Otro recuento, “de un compañero que estuvo en una de las concentraciones en defensa de la revolución” citado por la Corriente Marxista Internacional, señala:

“Fui agredido…. Casi me linchan, me arrojaron agua, ron y me arrojaron dos piedras que no me dieron. Viví varias escenas de violencia cerca de mí.”

Aunque es cierto que muchos, si no es que la mayoría de los manifestantes antigubernamentales estaban sin duda expresando hartazgo por la escasez, los apagones y la pandemia que han hecho sus vidas miserables, la gente en la primera línea tenía sus propias motivaciones políticas. Quienes formaban la letra “L” (de Libertad) con sus dedos pulgar e índice al intentar arrollar a los partidarios de la Revolución –como han hecho racistas en EE.UU. en contra de los manifestantes antirracistas– estaban llamado a favor de la “libertad” capitalista de explotar, oprimir y recolonizar la isla. Cuando coreaban “abajo la dictadura”, estaban llamando a remplazar el estado obrero (la dictadura del proletariado) con la dictadura del capital. Cuando las protestas se intensificaron, con su contenido contrarrevolucionario volviéndose más claro minuto a minuto, se trató de un momento definitorio: ¿de qué lado estás? Los trotskistas se habrían sumado a la movilización progubernamental, apropiadamente equipados para poner alto a quienes quieren traer de vuelta a los imperialistas yanquis y a los gusanos.

Más tarde, una maquinaria anticomunista masiva –tanto los medios directamente pagados por Washington (Cubanet, ADN Cuba, Diario de Cuba, TV y Radio Martí), como los que se reclaman de financiamiento privado (CiberCuba, 14yMedio), más los medios liberales y derechistas en EE.UU.– lanzaron una retahíla de mentiras sobre una supuesta represión brutal. 14yMedio de Yoani Sánchez estaba repleto de rumores sobre muertos y “desaparecidos” por doquier. (La única persona muerta no pereció durante las protestas del 11 de julio, sino al día siguiente, durante un intento provocador de tomar una comisaria de la policía en Arroyo Naranjo.) Como puede verse en las imágenes, la policía no portaba armas de fuego, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, donde miles de policías fuertemente armados arremeten contra manifestantes del Black Lives Matter. En total hubo unos 200 arrestos. En el caso de Otero Alcántara del MSI, arrestado cuando iba hacia el Malecón, se trató ciertamente de algo justificado dado su papel como instigador de protestas contrarrevolucionarias.

Uno de los arrestados el 11 de julio fue Frank García Hernández, quien fue el principal organizador del Encuentro sobre Trotsky en La Habana.13 Un artículo titulado “Acerca de las protestas en Cuba del 11 de julio” publicado en el blog Comunistas (17 de julio) fundado por él, explica que llegó por casualidad a un lugar en que había choques violentos en la cercanía de la Plaza de la Revolución. El artículo afirma que cuando un oficial de la policía acusó erróneamente a Maykel González, editor de la revista a favor de los derechos de los gays la Tremenda Nota, de lanzar piedras contra la policía, Frank García intentó intervenir como miembro del Partido Comunista, tras lo cual ambos fueron arrestados. Después de poco más de 24 horas detenido, cuando las autoridades clarificaron los eventos en los que ninguno de ellos había participado en acciones violentas, ambos fueron liberados. El artículo reporta que “Frank afirma que NO recibió maltratos físicos, ni ningún tipo de tortura” y añade que “Actualmente Frank García no guarda prisión domiciliaria”, sino una medida cautelar donde se regula su capacidad de movimiento, un procedimiento normal hasta que los cargos iniciales sean formalmente desechados.

Dada toda la cobertura mediática del lunes 11 de julio en Cuba, ha habido escasa mención de que el sábado, 17 de julio, una manifestación progubernamental “de Reafirmación Revolucionaria” que reunió a decenas de miles en La Habana, como muestran claramente las fotos, y miles más a lo largo y ancho del país, muchos más que las muy publicitadas manifestaciones antigubernamentales de cinco días antes. En la movilización del sábado, el presidente cubano y dirigente del PC Díaz-Canel terminó con un llamado, “¡Viva Cuba, soberana, independiente, socialista!” Aunque habló de la “la necesaria autocrítica, de la rectificación pendiente, de la revisión profunda de nuestros métodos”, de “burocracia” y de “insensibilidad” y de la necesidad de prestar “mayor atención a sectores vulnerables”, su mensaje principal es que la Revolución Cubana “borró para siempre la semilla de la maldad, del odio, el deshonor y el crimen”. Pero estos llamados abstractos al amor y las virtudes cívicas distan mucho del programa comunista revolucionario necesario para derrotar a un enemigo sanguinario.

IV. La burocracia socava las conquistas de la Revolución


Mientras Cuba ha desarrollado dos vacunas para el COVID (Soberana 2 y Abdala) con una eficacia probada de más del 90 por ciento, los imperialistas están acaparando vacunas, rehusándose a enviarlas a África que entra en la fase más mortífera de la pandemia. (Foto: BioCubaFarm)

Como detallamos en otro artículo (véase “Bloqueo norteamericano de Cuba: ‘Provocar hambre, desesperación y derribar al gobierno’”), las causas esenciales e inmediatas de la aguda crisis económica y médica que hoy enfrenta Cuba se encuentran en el hecho de que esta pequeña isla se encuentra bajo implacable asedio del imperialismo y sujeta a los brutales dictados del mercado capitalista mundial. Es grotesco acusar al gobierno de Cuba de no proteger a la población de los estragos causados por la pandemia del coronavirus cuando, en realidad, ha actuado mucho mejor que cualquier país capitalista en el hemisferio. El que Cuba ha desarrollado múltiples vacunas contra el COVID-19 es un logro impresionante, especialmente si se considera la extorsión económica a la que ha sido y sigue siendo sometida. Las acusaciones de este tenor son particularmente viles cuando provienen de gobiernos imperialistas que, literalmente, están acaparando vacunas, de modo que no estén disponibles en África, que se encuentra sumida ahora en la fase más mortífera de la pandemia.

Para finales de agosto, los países del G7 (club de los principales países imperialistas) tendrán a su disposición 1,900 millones de dosis más que las que necesitan para vacunar a sus poblaciones, y “suficientes para vacunar a la totalidad de la población adulta de África”, según sostiene la Campaña ONE.14 El sistema Covax de la Organización Mundial de la Salud (OMS) prometió vacunas para los países pobres, pero los embarcos simplemente se detuvieron cuando la India prohibió las exportaciones de la vacuna Astra-Zeneca tras la intensificación de la pandemia con la variante Delta a principios de este año. Una de las razones por las que Cuba no se unió al programa Covax (además del hecho que estaba desarrollando sus propias vacunas) fue la preocupación de que en vista del bloqueo pudiera ser excluida en cualquier momento, tal como ahora ha ocurrido con África. Pese a todas las cínicas expresiones de preocupación por la población afrocubana, que ha sufrido más que nadie los efectos del bloqueo, los partidarios de bloqueo que llaman ahora a favor de una “intervención humanitaria” deberían responder por el hecho de que los supuestos “salvadores” imperialistas están bloqueando las vacunas al África negra.

Entretanto, la dura realidad es que los efectos del bloqueo también se han visto agravados por la política de la dirección del Partido Comunista de Cuba (PCC), que a lo largo de la última década ha buscado abrir la economía socializada al “sector privado”. Esto comenzó con los “Lineamientos de Política Económica y Social” aprobados por el Sexto Congreso del PCCC en 2011. Estas directrices fueron impulsadas particularmente por Raúl Castro, quien había asumido la presidencia de Cuba de manos de Fidel Castro tres años antes. Este conjunto heterogéneo de medidas, algunas aceptables, otras claramente peligrosas, incluían el arrendamiento de tierras de propiedad estatal a agricultores privados, la introducción de mercados mayoristas privados, la promoción de cooperativas de trabajadores, el despido de trabajadores de empresas estatales, la apertura de un mercado de bienes raíces, la introducción de teléfonos celulares, la simplificación de los requisitos para la inversión extranjera directa, la expansión del trabajo a cuenta propia (como los taxis) y de pequeños negocios (como los restaurantes familiares), así como la abolición del sistema monetario dual de pesos convertibles y no convertibles.15


El expresidente cubano Raúl Castro se retiró como secretario general del Partido Comunista Cubano en el Octavo Congreso del PCC en abril de 2021 y entregó las riendas a Miguel Díaz-Canel (derecha). Castro ha impulsado la apertura de la economía cubana al “sector privado”. (Foto: Associated Press)

El trasfondo de esta política se retrotrae al origen del estado obrero deformado cubano. Mientras los guerrilleros del victorioso Movimiento 26 de Julio, basado en el campesinado, buscaban en 1959-1960 realizar una reforma agraria de amplio alcance, el chantaje económico de Washington los empujó a nacionalizar las empresas de propiedad extranjera que dominaban la economía cubana. Cuando el gobierno norteamericano de Eisenhower prohibió la venta de petróleo a Cuba y la empresa Esso se rehusó a refinar el crudo que proporcionó a Cuba la Unión Soviética, el régimen pequeñoburgués de Castro no tuvo más alternativa que incautar la refinería y otros activos de propiedad estadounidense. Arrojada a los brazos de la URSS, la dirección cubana procedió a la construcción de un estado obrero (burocráticamente deformado) que tenía como modelo a la Unión Soviética de la época. Durante tres décadas, la URSS subsidió a Cuba, comprándole azúcar por encima del precio del mercado mundial a cambio del suministro de petróleo a un precio por debajo de los precios mundiales.

Junto con la construcción de un aparato burocrático desde cero (en los primeros años, la dirección cubana consistía en quienquiera que estuviera sentado en el jeep de Fidel Castro), esto implicó también la adopción del programa nacionalista del régimen burocrático de Stalin y sus herederos.16 Tras usurpar el poder político tras la muerte de V.I. Lenin, quien junto con León Trotsky dirigió la Revolución Bolchevique de Octubre de 1917, Stalin abandonó el programa del Octubre Rojo de la revolución socialista internacional sobre cuya base se fundó la Internacional Comunista. En cambio, colocándose a la cabeza de una capa burocrática privilegiada, enarboló el dogma antimarxista del “socialismo en un solo país”. Los Castro adoptaron este programa, acentuando una perspectiva nacionalista cubana, mientras que obedecían cada vez más la línea de los conservadores burócratas soviéticos y, tras un período en el que alentaron a grupos guerrilleros procubanos en América Latina, terminaron abandonándolos en los años 1970. Pero con la contrarrevolución dirigida por los imperialistas en la URSS y en el bloque soviético en Europa Oriental en 1989-1992, Cuba se quedó sola.

En consecuencia, dado que en la perspectiva estalinista la revolución socialista internacional está fuera del orden del día, la alternativa a la ineficiente gestión burocrática de la economía es la implementación de medidas privatizadoras que aumentan el peligro de una restauración capitalista. Ésta es la tendencia común de los “reformadores” estalinistas desde Krhrushchev hasta Gorbachev en la Unión Soviética y Deng en China. De modo que cuando Cuba se quedó sin la asistencia soviética, después de los oscuros días del Período Especial de 1990-199317 cuando la economía tuvo una enorme caída del 35 por ciento, la alternativa a la asfixia burocrática que se presentó fue la política de privatización creciente defendida por Raúl Castro. Aunque fue enunciada en 2011, esta política sólo fue implementada de forma parcial y después de 2016 hubo una marcha atrás. En 2018-2019, Raúl Castro y Díaz-Canel impulsaron una nueva constitución, cuyo Artículo 22 formalmente reconoce, junto con la propiedad estatal de “los medios fundamentales de producción” (definidos como la forma de propiedad principal), también la “privada: la que se ejerce sobre determinados medios de producción por personas naturales o jurídicas cubanas o extranjeras”.18

Así pues, desde 2019 la propiedad privada de algunos medios de producción tiene una base constitucional en Cuba, aunque esto todavía no se traduce en un código legal. Como los gusanos cubanos y los imperialistas yanquis ciertamente reconocen, esto dista de ser una restauración del dominio de clase capitalista, aunque sí es un paso ominoso que alentará el crecimiento de incursiones capitalistas y del crecimiento de fuerzas procapitalistas en Cuba, y debe concitar la oposición de todo comunista revolucionario. Ahora, en medio de la pandemia, el dirigente del PCC Díaz-Canel ha promovido la implementación de estas reformas capitalistas. En agosto de 2020, se autorizó la apertura de cuentas en divisas extranjeras (en bancos de propiedad estatal). Al mismo tiempo, se abrió 72 tiendas MLC (de moneda convertible) donde quienes cuentan con una tarjeta de débito de su cuenta bancaria con depósitos en dólares o euros pueden comprar bienes que no están disponibles para aquellos que sólo tienen pesos cubanos. El gobierno dice que esto es necesario para recaudar divisas fuertes, pero las tiendas MLC se han convertido en un odiado símbolo de privilegio.

En octubre, se decretó un complejo de medidas supuestamente destinadas a incrementar la competitividad, la llamada Tarea Ordenamiento, que entre otras cosas busca eliminar “subsidios excesivos” y “gratuidades indebidas”, así como “evitar el igualitarismo” (¡!) y, en cambio, “subsidiar a las personas”.19 Se trata, en efecto, de una reforma “neoliberal” mediante la cual la política social que beneficia a todos es remplazada con medidas asistencialistas para los más pobres. Además, los precios de diversos productos como la leche serán liberados (excepto para categorías especiales de la población, como los niños). La principal medida de la Tarea Ordenamiento es la eliminación del sistema monetario dual, de modo que ahora habrá un solo peso cubano que podrá cambiarse a una tasa de 24 por dólar. Para quienes tenían previamente sueldos en pesos cubanos convertibles y que tenían una tasa de cambio de 1:1 por dólar, esto significó una devaluación del 96 por ciento. El salario mínimo de los trabajadores fue quintuplicado, pero los ahorros de la pequeña burguesía fueron borrados.20


Arriba: pesos cubanos convertibles (CUC). Al remplazar el CUC con un solo peso convertible y devaluarlo un 96 por ciento, el gobierno borró los ahorros de la pequeña burguesía y desató una espiral inflacionaria. (Foto: Cuba Money Project)

En pocas palabras, la Tarea Ordenamiento que entró en vigor el 1º de enero de 2021 implementó muchas de las “reformas” que los Lineamientos de Raúl Castro habían dispuesto en 2011 que no se habían realizado, o que sólo lo habían hecho de manera parcial. Es más, a mediados de enero el gobierno remplazó una lista de 127 sectores económicos en los que la empresa privada era permitida con una nueva lista de 124 sectores económicos en los que ésta queda excluida, todo lo demás quedando abierto a empresarios privados. Esto podría implicar una notable expansión del sector privado. Pero al devaluar la moneda y expandir las tiendas de moneda convertible en un momento de extrema escasez de bienes, el resultado no ha sido el florecimiento de pequeños negocios, sino un enorme incremento de la inflación, toda vez que quienes tiene dólares o euros en su tarjeta de débito MLC hacen que se alcen los precios de productos escasos otrora distribuidos mediante la libreta de canasta básica.

Y continúa: tres días después de las protestas del 11 de julio, Díaz-Canel anunció que los salarios en el sector estatal ya no serán pagados de acuerdo con la escala oficial. Esto “dota de autonomía a la dirección de la empresa estatal” de modo que “se gana más mientras más riqueza se genera, mientras más eficiente se es y mientras más se aporte al Estado”. Al alabar esta “transformación audaz”, el jefe del PCC dijo que “en el sector no estatal hay determinada libertad para fijar la cuantía de dinero que se le paga a los trabajadores, lo cual estamos incorporando al funcionamiento y gestión de la empresa estatal socialista”. Eliminar la escala salarial uniforme es un ataque contra la unidad de la clase obrera, y todos los trabajadores con conciencia de clase se le deben oponer como parte de la defensa de la economía socializada en contra de las incursiones del capitalismo y de los métodos capitalistas.

En el pasado, Raúl Castro y algunos economistas cubanos buscaron inspiración en el “modelo vietnamita”, pero como señaló Díaz-Canel el año pasado, Vietnam no ha estado “sometido a un bloqueo durante seis décadas”.21 Aunque EE.UU. perdió la guerra de Vietnam, y aun con una comunidad vietnamita anticomunista en el exilio de considerable tamaño en EE.UU., Washington ha permitido a las empresas norteamericanas establecer plantas en dicho país mientras que el aparato político y el sector estatal del estado obrero deformado permanecen intactos. Es cuestión de geopolítica. El interés de los gobernantes norteamericanos en Vietnam se deriva de su esfuerzo de cercar a China, mientras que Cuba está justo en medio de la esfera norteamericana de influencia, a apenas “90 millas” de Florida en el Mar Caribe, que los gobernantes de EE.UU. consideran desde el siglo XIX como un lago estadounidense.

Con su terapia de choque supuestamente “socialista” y “reformas” peligrosamente procapitalistas, la dirección burocrática del estado obrero deformado cubano promueve medidas que alientan el crecimiento de fuerzas contrarrevolucionarias. Ciertamente, afirma defender la primacía de lo que es conocido como el sector socialista (es decir, las empresas de propiedad estatal) y la defensa del monopolio estatal del comercio exterior, como dijera Raúl Castro en el Octavo Congreso del PCC en abril, cuando se retiró como secretario general y entregó las riendas a Díaz-Canel. Pero al intentar aplacar a la pequeña burguesía mientras aprieta las tuercas a la clase obrera y los pobres al eliminar los subsidios “excesivos”, el “igualitarismo” y la escala uniforme de salarios, la burocracia empuja a quienes deberían ser una sólida base de apoyo al estado obrero en brazos de la reacción capitalista. Y las fuerzas contrarrevolucionarias están listas para explotar esta situación, tal como hicieron el 11 de julio.

V. ¡Defender las conquistas de la Revolución Cubana! ¡Aplastar la contrarrevolución!


Decenas de miles salieron a las calles para mostrar su apoyo a la Revolución Cubana en una concentración frente al mar en La Habana el 17 de julio. La columna en el fondo es lo que queda del monumento “Recuerda el Maine” erigido cuando Cuba era una neocolonia de EE.UU. En 1959, revolucionarios cubanos derribaron el documento, que estaba coronado con un águila. El águila no debe regresar. Haga clic en la imagen para ampliarla. (Foto: Letícia Martínez Hernández)

Al mismo tiempo que deben oponerse a todas y cada una de las medidas que socavan o sabotean las conquistas revolucionarias, los trabajadores y pobres de Cuba deben defender de manera intransigente la Revolución Cubana en contra de los imperialistas, sus testaferros, agencias publicitarias y apologistas que los sumirían en la pobreza mientras pronuncian engoladas frases sobre la “libertad”. Los magníficos logros del sistema escolar cubano que eliminó el analfabetismo y ha educado a generaciones de profesionales, su sistema de atención médica sin par que es la envidia de América Latina, el desarrollo de una industria biomédica y farmacéutica que es capaz de desarrollar cinco vacunas contra el COVID a pesar del bloqueo imperialista –nada de esto hubiera sido posible bajo el capitalismo. Este sistema basado en la producción para el lucro y no para las necesidades humanas garantiza que los que están abajo sigan abajo, mientras que la asesina violencia policíaca es desatada para asegurar la dictadura del capitalismo racista.

Un programa para combatir la amenaza de restauración capitalista debe comenzar con un llamado a formar consejos obreros para defender las conquistas de la Revolución, no sólo en contra de los imperialistas yanquis y sus colaboradores cubanos, sino también en contra de las amenazas que emanan de una burocracia que está saboteando dichas conquistas. En lugar de aumentar el poder de los directores de empresa o de desmantelar entidades planta por planta, la gestión de empresas estatales debe estar en manos de comités de planta o de lugar de trabajo reunidos en una asamblea nacional de trabajadores de la economía socializada. Esto podría promover la innovación y la eficiencia, no mediante el dictado burocrático o la competencia en el mercado, sino mediante la vigorización de las capacidades creativas de los trabajadores que son los que conocen mejor que nadie los problemas y que pueden resolverlos usando su poder colectivo. Un punto de partida puede ser la industria eléctrica, en la que los trabajadores en las plantas de energía de la Unión Eléctrica y en las generadoras distribuidoras (locales) podrían trabajar mano a mano con consejos obreros para lidiar con los cortes de energía y promover el empleo de energías renovables.22

Un programa para la defensa obrera de la Revolución Cubana debe incluir el remplazo de las tiendas MLC, toda vez que cualquiera que sea su limitada utilidad para conseguir dólares y euros (para vender bienes que de por sí deben ser comprados en dólares y euros), han enardecido a los pobres, exhibiendo los bienes de consumo que no pueden comprar. A diferencia de los años 1990, cuando sólo quienes recibían remesas de exiliados cubanos podían comprar ahí, hoy mucha gente (alentada por los contrarrevolucionarios) las ven como símbolos de privilegio burocrático. Como algunos manifestantes gritaron en contra de miembros del PCC el 11 de julio, “Ustedes son los privilegiados, de seguro que tienen tarjetas MLC, tienen comida en casa”. En Alemania Oriental, donde los trotskistas lucharon con uñas y dientes en contra de la reunificación capitalista en 1989-1990, las tiendas Intershop en divisas fuertes, junto con las tiendas caras Exquisit y Delikat, enfurecieron a los que no podían hacer compras en ellas, y esta furia fue explotada por la contrarrevolución.

Sí, hay una terrible escasez de bienes de consumo. El movimiento obrero debe llamar a China y Vietnam, estados obreros para los que la caída de la Revolución Cubana representaría una amenaza directa, a que envíen masivamente zapatos deportivos de alta calidad, electrodomésticos y juguetes (además, dada la actual escasez en Cuba, cargamentos de arroz de Vietnam). Esto sería un ejemplo tangible de solidaridad internacional que podría inspirar a la asediada clase obrera cubana para que siga resistiendo la arremetida imperialista. Llamados de los trabajadores latinoamericanos en exigencia de que los gobiernos de sus países paguen buenos dólares (o euros) para comprar las vacunas cubanas contra el COVID podrían indicar una fuente de las muy necesitadas divisas para comprar los alimentos que hacen falta, al mismo tiempo que se salva cientos de miles de vidas de la peste que azota el continente. Para mantener a raya el desastre que se cierne sobre África, los manifestantes antiimperialistas deben exigir que la OMS envíe a Cuba miles de millones de dólares y euros para que provea las vacunas que los imperialistas se rehúsan a entregar.

Y también: aunque la Revolución de 1959 implicó vastas mejoras para los afrocubanos junto al resto de la clase obrera cubana, la verdad es que la debilidad de la Revolución con respecto a la población negra ha sido subrayada por la crisis actual, y está siendo cínicamente explotada por la supremacista blanca gusanera. El derribo del capitalismo en la isla fue un avance enorme para los afrocubanos, pero la participación de elementos empobrecidos de la población negra en las acciones violentas del 11 de julio es innegable. La represión de los principales instigadores de estas acciones contrarrevolucionarias está plenamente justificada. Al mismo tiempo, es crucial organizar brigadas obreras para reparar los barrios decaídos de La Habana, Cárdenas y otras localidades. Jóvenes locales desempleados deberían ser enrolados, provistos de salarios decentes mientras que trabajan con los residentes para reconstruir estos barrios desde hace mucho tiempo descuidados. Construir vecindarios vibrantes, proveer oportunidades para que los artistas adornen sus paredes con coloridos murales, inspiraría a la gente y socavaría a los mercenarios del MSI que quieren tentar a los niños con visiones de M&Ms y Chiclets y con fantasías en video llenas de ostentosas imágenes estilo norteamericano. Al mismo tiempo, el estado debe agresivamente combatir la notoria discriminación en contra de los cubanos negros en la industria del turismo.23


El Grupo Internacionalista y la Juventud Internacionalista Revolucionaria en un mitin de solidaridad con Cuba en Nueva York, 15 de julio. (Foto: The Internationalist)

La lucha para derrotar a los que instigaron, manipularon y explotaron las protestas del 11 de julio debe librarse política, estratégica y, sobre todo, internacionalmente. La defensa de la Revolución Cubana es tarea de la clase obrera internacional, desde América Latina hasta China y los bastiones imperialistas en EE.UU., Europa y Japón. Frente al vasto poder del imperialismo, esta defensa debe ser capaz de inspirar a las masas. La actual dirección burocrática es incapaz de hacerlo. Quienes quieren deshacerse de Cuba y afirman que el capitalismo ya ha sido restaurado y así se ponen del lado de la contrarrevolución; junto con aquellos que, siguiendo las huellas de los teóricos antisoviéticos de antaño, sostienen que la frágil y contradictoria burocracia es ella misma la “fuerza dirigente de la contrarrevolución” y la restauración capitalista, estos seudoizquierdistas dan la espalda a –y traicionan– la urgente lucha en contra de las bien reales fuerzas contrarrevolucionarias dirigidas por los imperialistas que capitalizaron el sufrimiento de las masas cubanas el 11 de julio.

Los gobernantes norteamericanos han tenido desde siempre un odio especial en contra de la Revolución Cubana. Bajo 13 presidentes demócratas y republicanos han esperado “vengar” el derrocamiento de su dominio colonial infestado por la mafia, su humillante derrota en Playa Girón, el papel de Cuba en la defensa de la Angola negra en contra del ataque imperialista y la misma sobrevivencia de la desafiante isla rebelde que desde hace mucho han decretado que debe perecer. Aunque Trump añadió a Cuba a la lista de estados que supuestamente patrocinan el terrorismo, es la CIA la que patrocinó al terrorista Luis Posada Carriles que organizó el bombazo en el vuelo 455 de Cubana de Aviación que asesinó a 73 personas. Los repetidos intentos de asesinato de parte del gobierno norteamericano están vivamente retratados en el documental británico 638 maneras de matar a Castro. En marzo de 2003, terroristas intentaron aprovecharse de la invasión norteamericana de Irak para provocar un levantamiento en Cuba mediante el secuestro de dos aviones cubanos y luego de un ferry.24 Los eventos del 11 de julio muestran que los anticomunistas guerreros de la Guerra Fría en Washington aprovecharán cualquier oportunidad, incluidas las dificultades ocasionadas por una peste que ha matado a cientos de miles en EE.UU., en su incansable guerra para destruir al “primer territorio libre de América”.

¡Cuba no debe estar sola! La Liga por la IV Internacional llama a construir un partido obrero revolucionario leninista-trotskista armado con el programa de la intransigente defensa de la Revolución Cubana en contra del imperialismo y la contrarrevolución interna; a remplazar la esclerótica burocracia (cuya política procapitalista pone cada vez más en peligro la Revolución) con la democracia soviética de los consejos obreros –es decir, una revolución política proletaria para defender y extender las conquistas históricas conseguidas en Cuba mediante la revolución socialista internacional. El 11 de julio fue un llamado de alerta para todos los que están determinados a derrotar la arremetida imperialista. Proletarios de todos los países, ¡uníos en la defensa de Cuba! ■


  1. 1. Cubans, broken by pandemic and fueled by social media, confront their police state,” Washington Post, 13 de julio.
  2. 2. La orden de combate está dada, a la calle los revolucionarios,” CubaDebate, 11 de julio.
  3. 3. Véase más abajo una disección de este grupo procapitalista y proimperialista.
  4. 4. “US secretly created ‘Cuban Twitter’ to stir unrest,” AP, 3 de abril de 2014.
  5. 5. Dissident’s arrest triggers debate over funding,” Cuba Money Project, 7 de diciembre de 2019.
  6. 6. Investigación confirma la perversa operación de redes sociales contra Cuba,” CubaDebate, 12 de julio.
  7. 7. Véase nuestro artículo “¡Defender a Yugoslavia! ¡Derrotar el ataque imperialista!” en El Internacionalista, mayo de 1999. La “intervención humanitaria” de EE.UU. y la OTAN produjo la expulsión forzada de cerca de 200 mil serbios y miembros del pueblo roma de sus hogares en Kosovo, así como el desmembramiento de Yugoslavia y, a final de cuentas, el derribo del gobierno nacionalista serbio de Slobodan Milošević en la primera de las “revoluciones de color” orquestadas por EE.UU.
  8. 8. Otero dijo que el propósito de esta muestra era acusar al gobierno de crear artificialmente desabasto para que los niños cubanos no pudieran tener caramelos. Sin embargo, los envoltorios que presentaba eran de Nesquik, M&Ms, Chiclets, Nutella, etc., en otras palabras, los productos de enormes firmas extranjeras que únicamente pueden pagarse con divisas.
  9. 9. Sobre l manera en que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos financió masivamente grupos de la “sociedad civil” en la Guerra Fría antisoviétca, véase Hugh Wilford, The Mighty Wurlitzer: How the CIA Played America (Harvard University Press, 2008).
  10. 10. Tracey Eaton, “El negocio de la democracia en Cuba está a reventar”, Cuba Money Project, 9 de diciembre de 2020. Eaton también señala que de manera simultánea a la aparición del Movimiento San Isidro, el Departamento de Estado ofreció subvenciones de hasta un millón de dólares a proyectos que promovieran “derechos civiles, políticos, religiosos y sindicales en Cuba”. Y ahora que #SOSCuba ha aparecido, USAID ofrece 2 millones de dólares para financiar proyectos que “avancen la efectividad de grupos de la sociedad civil” en Cuba (“2 millones en subvenciones para proyectos a favor de la democracia en Cuba”, Cuba Money Project, 3 de julio). Véase también “Democracy Inc.”, Cuba Money Project, 4 de junio, para un resumen de los principales proveedores de dinero por la “democracia”.
  11. 11. “Movimiento San Isidro – 27N,” AfroCubaWeb.
  12. 12. “Testimonios del 11 de julio: Cuando se desató la violencia”, CubaDebate, 15 de julio.
  13. 13. Véase “Encuentro sobre Trotsky en La Habana. Notas de un participante” en Revolución Permanente, octubre de 2019.
  14. 14. “Africa’s Covid Crisis Deepens, but Vaccines Are Still Far Off,” New York Times, 16 de julio; y “Data dive: The astoundingly unequal vaccine rollout,” One.org, julio de 2021.
  15. 15. Para una consideración detallada de estos asuntos, véase Vegard Bye, Cuba, From Fidel to Raúl and Beyond (Springer, 2020).
  16. 16. Ver las Lecturas del Internationalist Group Cuba: A Bureucratically Deformed Workers State (agosto de 2010).
  17. 17.Véase nuestro artículo “Cuba en peligro” publicado en Espartaco No. 5 (1994) cuando era la voz del trotskismo revolucionario.
  18. 18. Nueva Constitución de la República de Cuba (2019).
  19. 19. “¿Qué novedades trae la Tarea Ordenamiento para los trabajadores?”, Opciones, (13 de diciembre de 2020).
  20. 20. Díaz-Canel efectivamente adoptó el programa del economista burgués Carmelo Mesa-Lago expuesto en su monografía The Cuban Economy: The Current Crisis, Its Causes, and Policies for the Future (2020), cuya receta para la reforma económica comienza con “Realizar una unificación monetaria y de tipos de cambio” e “Implementar una amplia reforma de precios”.
  21. 21. “Monetary Unification Will Help Stabilize the Economy,” EFE, 25 de enero.
  22. 22. Environmental Defense Fund, The Cuban Electrical Grid (2017).
  23. 23. Ver “‘A powder keg about to explode’: Long marginalized Afro Cubans at forefront of island’s unrest,” Washington Post, 19 de julio. También: “Blacks and the Cuban Revolution,” en Workers Vanguard No. 585, 8 de octubre de 1993, reimpreso en Cuba: A Bureaucratically Deformed Workers State.
  24. 24. Véase nuestro artículo “¡Por la defensa revolucionaria e internacionalista de Cuba!” en El Internacionalista No. 4, mayo de 2003. También, en el mismo número, “Décadas de guerra biológica de EE.UU. contra Cuba”.