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diciembre de 2006   
 
Por una huelga nacional contra la represión

Estado de sitio en Oaxaca,
preparativos en el D.F.


Policía Federal Preventiva atrincherada tras alambre de puas electrificado en Oaxaca. (Foto: Indymedia)

¡Abajo con el PRI, el PAN y el PRD!
¡Romper con el frente popular de López Obrador!
¡Forjar un partido obrero revolucionario!

30 de NOVIEMBRE – En el momento en que se alista el traspaso de poderes del presidente Vicente Fox Quesada, del clerical-derechista Partido de Acción Nacional (PAN), a su reaccionario correligionario, Felipe Calderón Hinojosa, el estado de Oaxaca se encuentra bajo estado de sitio, en tanto que en el Distrito Federal se están haciendo los preparativos para que la capital amanezca bajo un virtual estado policíaco el 1° de diciembre. El presidente saliente prometió llevar a cabo el trabajo sucio de acabar con la huelga de masas oaxaqueña antes de la toma de posesión de su sucesor. Por su parte, el “presidente electo” –por voto y gracia del Tribunal Supremo Electoral–, promete aplicar “todo el peso de la ley” contra los que se opongan a su toma (de posesión) del Congreso Nacional. El sexenio foxista se cierra, y el calderonista se abre, con las tanquetas desplegadas y el estrépito de las botas militares en la calle. El augurio es el de un futuro sombrío, y/o una explosión de encarnizadas luchas de clases.

Ya el 20 de noviembre se instaló una valla kilométrica alrededor de la Cámara de Diputados, alegando rumores de una ocupación del palacio legislativo por grupos “descontrolados”. Esta provocación produjo encono entre diputados y diputadas increpados, así como enojo entre los vecinos de colonias colindantes, obligados a hacer largos rodeos a pie. Más tarde, el día 28, diputados del PAN tomaron la tribuna en San Lázaro, intentando salirle al paso al Partido de la Revolución Democrática (PRD), que ha prometido impedir la toma de protesta del presidente impuesto Calderón. El madruguete panista precipitó una refriega parlamentaria como pocas veces se ha visto en un recinto legislativo burgués. Al mismo tiempo, se reveló que al menos 50 miembros del Estado Mayor Presidencial ya están dentro del edificio. A primeras horas de hoy, empezaron a llegar cientos de efectivos de la Marina para estrechar el cerco al Congreso y al Auditorio Nacional.

Advertimos que esta embestida representa un acto de represión de clase, lanzado contra los obreros, los campesinos, los indígenas y los trabajadores del país entero por un régimen capitalista que teme un levantamiento de los explotados y oprimidos. Se trata de la secuela de la serie de matanzas contra los obreros acereros de Lázaro Cárdenas, Michoacán en abril, los campesinos y pobladores de Texcoco y San Salvador Atenco, Edomex en mayo, y los maestros de Oaxaca en junio. Más aun, es una venganza por las derrotas sufridas por las fuerzas “del orden” a manos de sus víctimas, quienes en sendos casos corrieron a los esbirros uniformados. Contra la arremetida burguesa, el Grupo Internacionalista insta a formar comités de defensa obrera, independientes del estado y los partidos burgueses, e iniciar una huelga nacional para contrarrestar la ola represiva que se cierne sobre el país entero.

Zafarrancho en el palacio legislativo de San Lázaro. Diputados del PAN se apoderan de la tribuna, supuestamente para salirle al paso al PRD, provocando una batalla campal. (Foto: José Carlo González/La Jornada)

También hay que combatir políticamente esta embestida. Mañana en la capital miles y miles de manifestantes saldrán a la calle para repudiar la asunción de “Fecal”, el tecnócrata reaccionario relacionado con la siniestra orden católica del Opus Dei (heredera del franquismo español) y los cristeros de El Yunque. Impugnando al “presidente espurio”, producto de un fraude electoral al por mayor, muchos se identifican con Andrés Manuel López Obrador y su PRD. “AMLO” fue designado “presidente legítimo” en septiembre por la Convención Nacional Democrática organizada por el PRD y juramentado en el Zócalo capitalino el 20 de noviembre, aniversario de la Revolución Mexicana que los actuales gobernantes rechazan. Sin embargo, a pesar de los aires “progresistas” que quiere darse, AMLO es un político burgués y el PRD un partido patronal.

El Grupo Internacionalista llama a romper con el frente popular que encadena grandes sectores de los trabajadores al PRD y su abanderado López Obrador. Es esta alianza de colaboración de clases la que ha impedido la extensión de la huelga magisterial oaxaqueña al resto del país. Impidió también la acción obrera frente al ataque policíaco contra Atenco y el asalto contra SICARTSA. Y no por casualidad. En cada uno de estos casos, autoridades y legisladores perredistas han sido corresponsables de desatar la represión misma (el gobernador Lázaro Cárdenas Batel en Michoacán, el alcalde de Texcoco Nazario Gutiérrez y la bancada del PRD en la asamblea legislativa de Oaxaca). Frente a los ataques de los partidos patronales, urge forjar el núcleo de un partido obrero revolucionario que luche por un gobierno obrero y campesino que expropie a la burguesía e inaugure la revolución socialista internacional.

Operativos de noche y niebla en Oaxaca bajo sitio


25 de noviembre en Oaxaca: la PFP pretendió restablecer la
“tranquilidad.” En realidad han
impuesto un estado de sitio, reprimiendo con saña y haciendo detenciones arbitrarias para
aterrorizar a la población.
(Foto: AFP)

Hace cinco días en Oaxaca, una pacífica marcha de decenas de miles de opositores del sanguinario gobernador Ulises Ruiz Ortiz, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), fue reprimida con saña por la militarizada Policía Federal Preventiva (PFP) y paramilitares priístas. Se trataba de la séptima “megamarcha” contra el gobernador asesino desde el inicio de la huelga magisterial a finales de mayo. En esta ocasión, los manifestantes agregaron la demanda, “URO y PFP fuera de Oaxaca”. Cuando los manifestantes llegaron al Centro Histórico de la ciudad comenzaron a levantar nuevas barricadas en torno a la PFP, atrincherada en el Zócalo tras alambre de púas electrificado. De repente francotiradores policíacos en las azoteas descargaron centenas o hasta miles de granadas de gas lacrimógeno. Pronto fueron incendiados decenas de automóviles y algunas dependencias del gobierno estatal. Peinando las calles en busca de cualquier sospechoso de ser simpatizante de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), la policía detuvo a más de 140 personas en la larga noche del 25 de noviembre (ver “Oaxaca, 25 de noviembre: La noche de las hienas”, abajo).

En días posteriores, la PFP y la Policía Ministerial del estado han realizado cateos y registrado a pasajeros de transporte público y secuestrado a personas indefensas en las calles. “Decenas de convoyes de policías ministeriales recorren la ciudad, los cuales están compuestos por 5 camionetas con 8 ministeriales con rifles de asalto en posición de disparar”, reporta un boletín de la APPO. “Se agotó la tolerancia” dice el comandante de la PFP. Dicen tener órdenes de aprehensión contra unas 300 personas, y pretenden arrestar a todos los miembros del Consejo Estatal de la APPO. En una muestra de locura policíaca, la PFP habla de “al menos 100 personas de origen cubano, francés y venezolano, que ‘han financiado y asesorado’ a los ‘grupos radicales’” (La Jornada, 29 de noviembre). Para evitar movilizaciones en exigencia de la liberación de los detenidos, las autoridades transfirieron a 141 reclusos a un penal federal en el estado de Nayarit. Ninguno de los presos ha podido hablar con familiares o defensores. Cuando representantes de la gubernamental Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) lograron examinar a 17 de los detenidos, “dijeron que todos ellos están severamente golpeados” (La Jornada, 30 de noviembre).

Hasta ayer, según el diario oaxaqueño Noticias (30 de noviembre) se calcula en 250 el número de arrestados, de los cuales 90 son maestros de la Sección XXII, SNTE-CNTE, cuya huelga de seis meses resistió toda la represión y las amenazas del gobierno estatal priísta. Otros de los detenidos incluyen 13 de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO), 6 del Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO), y uno de la Secretaría de Salud. Además, se detuvo a un investigador de derechos humanos ligado a las Naciones Unidas, y se reportan al menos 39 desaparecidos (incluidas 13 mujeres). El secretario general del Sindicato de Trabajadores y Empleados de la UABJO, Rosendo Ramírez Sánchez, declaró que “en Oaxaca se han cancelado los derechos individuales”. Fustiga “una ocupación militar en vestimenta gris. Estamos viviendo en un estado de sitio, donde se da un terrorismo de estado”. Estudiantes de la Escuela de Medicina han dado constancia de tres muertos, cuyos cuerpos fueron arrastrados por las fuerzas represoras. Cuando anunciaron eso en una conferencia de prensa, fueron baleados por policías desde una camioneta de alta velocidad.

La estación pirata de los escuadrones de la muerte priístas, “Radio Ciudadana”, llamó a incendiar las oficinas de Nueva Izquierda de Oaxaca (NIOAX) de Flavio Sosa, uno de los más visibles portavoces de la APPO, lo que pocas horas después se hizo. El gobierno fingió estar dispuesto a retomar el diálogo con la APPO, pero a tres horas de iniciar la discusión, policías estatales arrestaron a Erik Sosa, hermano de Flavio y miembro también del consejo de la Asamblea.  Ayer en la madrugada, las diferentes corporaciones policiales (federal, estatal y municipal) lanzaron un operativo para desmantelar la última barricada, la ubicada en el Cruce Cinco Señores, sitio del triunfo de miles de partidarios de la APPO sobre las huestes de la PFP el 2 de noviembre. Más tarde, unos 200 policías federales se colocaron frente a la puerta de la UABJO desde donde transmitía Radio APPO por las antenas de Radio Universidad. Después de tres días de redadas masivas, la población no se atrevió a salir en su defensa, y los defensores decidieron entregar la emisora a las autoridades universitarias. La doctora Bertha Muñoz, locutora calmada e incansable de Radio APPO, y los dirigentes de la APPO, arrinconados en la iglesia de la Virgen de los Pobres, lograron salir sigilosamente sin ser detenidos.

Maestros oaxaqueños salen en un paro estatal exigiendo la libertad inmediata e incondicional de los detenidos.
(Foto: Noticias)

Hoy, no obstante la represión masiva diseñada para atemorizar a la población, miles de maestros de la Sección 22 se declararon en paro por 48 horas, exigiendo el cese de las detenciones arbitrarias, la liberación inmediata de los detenidos y la presentación con vida de los desaparecidos. A dos semanas de haber regresado a clases, amenazaron con reiniciar su paro estatal. La respuesta de las fuerzas de “URO” no se hizo esperar. Policías ministeriales irrumpieron en las aulas de las escuelas aún no cerradas por el paro, deteniendo con lujo de violencia a decenas de maestros en municipios de Valles Centrales. “Sacaron a rastras a los profesores de primaria, secundaria y jardín, encañonándolos frente a sus alumnos”, según un boletín de la APPO. Mañana, los maestros nuevamente en huelga y la APPO han anunciado una marcha para protestar contra la toma de protesta de Felipe Calderón. Varios de los principales dirigentes de la APPO y la Sección XXII son perredistas (entre ellos Flavio Sosa, quien es consejero nacional del PRD, y Enrique Rueda Pacheco) y es evidente que una vez más, como hicieron con su “voto de castigo” contra el PAN y el PRI el 2 de julio, buscan sumar su lucha, aunque sea sólo “tácticamente” a una movilización pro AMLO.

¡Forjar una dirección proletaria y revolucionaria!

Hasta ahora, toda la lucha de Oaxaca se ha librado bajo el rótulo de la democracia. Sin embargo, como subrayamos una y otra vez (ver “Arde Oaxaca” y otros artículos del suplemento de El Internacionalista del 10 de noviembre), lo que subyace a la tumultuosa huelga de masas oaxaqueña es la guerra de clases. Para ganar esta batalla, es necesaria una dirección proletaria que, sobre la base de un programa genuinamente clasista, rompa con todos los partidos burgueses y movilice a nivel nacional la enorme fuerza de la clase obrera contra el estado capitalista. Los líderes actuales del magisterio oaxaqueño y sus aliados de la APPO, por el contrario, han restringido sus demandas al estricto ámbito estatal y buscan el apoyo de fuerzas burguesas. Exigen la destitución del gobernador priísta a los senadores panistas y perredistas. A despecho del apoyo de la jerarquía eclesiástica al envío de la PFP (que ellos mismos aceptaron en principio), han pedido la intervención del archirreaccionario y anticomunista papa Benedicto XVI. Ahora, apelan a las Naciones Unidas, esa covacha de los ladrones imperialistas y sus súbditos que autorizó a posteriori la ocupación imperialista de Irak.

Estos llamados se hacen en nombre de los “derechos humanos”, el mito de que se sirven los imperialistas supuestamente democráticos para lograr el sometimiento de regímenes incómodos. La cruzada a favor de los derechos humanos fue uno de los gritos de batalla de su guerra fría antisoviética, y los imperialistas yanquis hasta pretenden en Afganistán estar defendiendo los derechos de las mujeres. La realidad, como afirma la versión en alemán del himno proletario revolucionario, es que sólo “la Internacional conquistará los derechos humanos” mediante una revolución socialista internacional. Mañana el candidato de la derecha cavernícola, Felipe Calderón, apoyado por empresas imperialistas como Wal-Mart y Pepsi-Cola, sucederá al ex gerente de Coca-Cola, Vicente Fox. Gozará del apoyo parlamentario del PRI, comprado a cambio del mantenimiento en funciones de Ulises Ruiz. Al gobierno del “PRIAN” no se lo puede combatir sumándose al PRD, partido burgués cuya razón de ser es mantener el dominio capitalista sofocando las luchas obreras. Hay que forjar un partido obrero, revolucionario e internacionalista, leninista y trotskista, que luche por la toma de poder por el proletariado, apoyado por el campesinado, los pueblos indígenas y todos los oprimidos.

El programa “democrático” ha conducido a un callejón sin salida, porque las luchas de los trabajadores no pueden resolverse con la democracia burguesa – imposible por lo demás en la época imperialista en países semicoloniales como México. Como señaló Trotsky con su perspectiva – teoría y programa a la vez – de la revolución permanente, hoy ningún ala de la clase capitalista es capaz de realizar las tareas de las grandes revoluciones burguesas de siglos pasados. La revolución agraria, necesaria para liberar a los campesinos y los indígenas pobres de su miseria secular; la liberación nacional del yugo del imperialismo; y la democracia para los explotados y oprimidos, los esclavos asalariados, sólo pueden conquistarse mediante la revolución obrera, que expropie a la avariciosa burguesía y se extienda al corazón mismo del imperio, donde hoy laboran más de 10 millones de trabajadores mexicanos. Para que esta lucha sea el inicio de “la revolución del siglo XXI”, como sostiene una consigna esparcida por los muros de Oaxaca, tiene que superar el marco estrecho en que se encuentra restringida. No miramos hacia atrás, a la herencia del nacionalismo campesino zapatista; fijamos como nuestra meta ser los bolcheviques proletarios del siglo XXI. n

  
Grupo Internacionalista en mítin en defensa de los maestros oaxaqueños convocado por el
SITUAM en el recinto de Iztapalapa, 11 de noviembre.
(Fotos: El Internacionalista)

Léase también:

Arde Oaxaca  (10 de noviembre de 2006)  
La batalla de la UABJO (10 de noviembre de 2006) 


Para contactar el Grupo Internacionalista y la Liga por la IV Internacional, escribe: internationalistgroup@msn.com

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