
septiembre de 2025
Huelga de masas por Gaza paraliza a Italia
¡Por una acción de huelga internacional para detener el genocidio de EE.UU. e Israel en Gaza!

Cientos de miles de palestinos huyen de la ciudad de Gaza y se dirigien al sur, hacia la “zona de seguridad”, ante la inminente ofensiva israeli. Medio millón se quedó atrás mientras se extiende la hambruna.
(Foto: Saher Alghorra para The New York Times)
Trabajadores
del transporte: ¡bloqueen las armas y todo el transporte
hacia y desde Israel!
¡Forjar un partido comunista leninista-trotskista!
Mientras una devastadora hambruna se extiende por Gaza como resultado deliberado de la política israelí de sometimiento masivo por hambre de la población palestina, el 17 de septiembre el ejército lanzó el ataque a gran escala contra la ciudad de Gaza que había amenazado con realizar desde hace mucho. Fotos y videos desgarradores muestran el éxodo de 350 mil residentes que llevan no más que sus posesiones más esenciales en su camino hacia la última “zona de seguridad”, que el ejército israelí ha bombardeado repetidamente en el pasado. Sin embargo, más de medio millón de personas se han quedado atrás, negándose a irse o incapaces de hacerlo. La implacable matanza sionista, que ya ha cobrado más de 100 mil vidas,1 se intensifica a diario. Horrorizados por el cataclismo que están viendo en tiempo real, millones de personas en todo el mundo claman desesperadamente que se detenga la destrucción del pueblo palestino.
Ahora, este clamor se ha combinado con una dramática movilización del poder de la clase obrera. El 22 de septiembre, Italia se vio sacudida por una huelga de masas contra el genocidio en Gaza, convocada por combativos sindicatos de base bajo el lema de “Blocchiamo tutto!” (bloqueemos todo). Hubo protestas en 80 ciudades, con marchas de 20 mil personas en Génova, 50 mil en Bolonia, más de 60 mil en Milán –donde la policía arremetió contra los manifestantes– y una manifestación de al menos 300 mil en Roma (Il Manifesto, 23 de septiembre). Los sindicatos paralizaron las líneas ferroviarias de Trenitalia, Italo y Trenord. Las estaciones de tren fueron ocupadas, las escuelas cerradas, la autopista A1 de Roma a Milán fue bloqueada por manifestantes en tres sitios diferentes y los puertos de Génova, Livorno, Trieste, Venecia, Ancona y Palermo fueron bloqueados. Tres días antes, la principal federación sindical, la CGIL, convocó una “huelga general” más limitada a favor de Gaza.

Decenas de miles de manifestantes salieron a las calles de Torino, Italia, en protesta contra el genocidio de Gaza, el 22 de septiembre. (Foto: Stefano Guidi / Getty Images)
La masacre de Gaza no es sólo un crimen israelí, sino que se trata de un genocidio conjunto sionista e imperialista. El genocidio no habría sido posible sin la participación directa de Estados Unidos, que suministra todas las bombas gigantes y todos los aviones de guerra que las lanzan, así como de los demás imperialistas de la OTAN, que envían armas, piezas y municiones para esta guerra de exterminio contra la población árabe palestina.2 Desde el principio, la Liga por la IV Internacional ha hecho un llamado a favor de la “acción obrera contra el envío de armas a Israel y Ucrania”.3 En vísperas del Primero de Mayo de 2024, en respuesta a un llamamiento de la Federación General Palestina de Sindicatos (PGFTU) de Gaza, la LIVI realizó una campaña para hacer de esto una realidad. En Estados Unidos, el local 10 del Sindicato Internacional de Trabajadores Portuarios de la costa del Pacífico norteamericano (ILWU) votó unánimemente a favor de “negarse a transportar carga militar a Israel”.4
La urgencia de esta acción quedó de manifiesto en un reciente llamado (del 1° de septiembre) de la PGFTU a grupos sindicales y de defensa de los derechos democráticos, en los EE.UU. y alrededor del mundo:
“Les pedimos que movilicen toda su energía, recursos, esfuerzos e iniciativas para impedir que lleguen las armas de asesinato en masa a Israel y que utilicen todos los medios posibles para detener el holocausto en curso al que nuestro pueblo palestino está sometido a diario, y para impedir que el gobierno estadounidense suministre armas para esta ocupación”.
Mientras tanto, la Flotilla Global Sumud5 con suministros de socorro para Gaza ha recibido mucha atención de los medios de comunicación, organizaciones de derechos humanos, sindicatos y grupos de izquierda de todo el mundo. La flotilla, compuesta por unos 50 barcos, lleva a bordo a cientos de activistas y voluntarios provenientes de alrededor de 45 países. Desde 2008, cada intento de este tipo se ha enfrentado a una brutal represión sionista. Esta flotilla ya ha sido atacada con drones mientras sus embarcaciones se encontraban atracadas en la costa de Túnez. El 30 de agosto, mientras 40 mil manifestantes se congregaban en el paseo marítimo de Génova, Italia, una noche antes de que zarparan los barcos, un líder del Colectivo Autónomo de Trabajadores Portuarios (CALP) de Génova declaró a la multitud que, si la Flotilla era atacada, “iniciaremos una huelga internacional, bloquearemos las carreteras, bloquearemos las escuelas, lo bloquearemos todo”.

La Flotilla pretende atraer la atención internacional a la masacre en Gaza, y también presionar a los gobiernos occidentales para que jalen las riendas al gobierno israelí. El total desinterés del régimen sionista por la opinión pública quedó de manifiesto en 2010, cuando marines israelíes atacaron la Flotilla de la Libertad de Gaza y asesinaron al menos a nueve activistas, muchos de ellos con disparos a quemarropa, e hirieron a 57.6 En cuanto a la presión de los países de la OTAN, Australia, Bélgica, Canadá, Francia y Portugal han anunciado que reconocerán un estado palestino en la Asamblea General de las Naciones Unidas, actualmente en sesión (uniéndose a los 147 países miembros de la ONU que ya lo han hecho). Pero ese gesto simbólico no frenará ni por un segundo a los asesinos en masa israelíes, mientras los imperialistas de la OTAN siguen pertrechando a Israel.
Muchos liberales e izquierdistas, y un buen número de sindicatos, instan a “sus” gobiernos que dejen de enviar armas a Israel. Muchos también abogan por el boicot, la desinversión y las sanciones (“BDS”) contra Israel, lo que en última instancia es una solicitud dirigida a los gobernantes imperialistas. Se trata de un callejón sin salida, ya que el estado sionista es un aliado vital para el dominio occidental de Oriente Medio. Sirve también para ocultar el hecho básico de que los imperialistas son corresponsables del genocidio sionista. Un reportaje sobre la huelga del 22 de septiembre relataba que los manifestantes tenían la intención de “obligar al gobierno de Meloni a que deje de suministrar armas y municiones al ejército israelí, a cortar las relaciones diplomáticas y comerciales con un estado que actúa bárbaramente contra todas las normas internacionales” (Contropiano, 23 de septiembre). ¡¿Pedir al gobierno italiano de extrema derecha, liderado por fascistas, que haga cumplir las “normas internacionales”?!
El orden mundial “basado en reglas” que ha prevalecido desde la destrucción contrarrevolucionaria de la URSS y los estados obreros burocráticamente deformados del bloque soviético obedece a los dictados de Washington. Incluyó fuerzas expedicionarias italianas en la invasión estadounidense de Irak en 2003, así como 50 mil soldados italianos y 150 mil alemanes en los 20 años de ocupación imperialista estadounidense de Afganistán. Estas “guerras eternas” produjeron la muerte de más de un millón de personas en Medio Oriente, superando con creces el espantoso saldo de los carniceros sionistas en Gaza. Ahora, estos imperialistas “democráticos” quieren formar otra “coalición de los dispuestos” para brindar “garantías de seguridad” al gobierno títere imperialista de Ucrania y a su ejército infestado de fascistas. En realidad, estas “fuerzas de paz” solo servirían como detonador de la Tercera Guerra Mundial.
Los millones de personas que anhelan fervientemente detener el monstruoso genocidio contra el pueblo palestino no pueden recurrir en los belicistas imperialistas con su cháchara traicionera a favor de un “cese al fuego”. Atañe a los obreros y los oprimidos paralizar las cadenas de suministro y derribar los puentes aéreos y marítimos que abastecen a la maquinaria bélica israelí. Los trabajadores con conciencia de clase deben usar su poder proletario para expulsar a los ocupantes sionistas de Gaza y Cisjordania. Hacemos un llamado a los sindicatos a que detengan los envíos de armas y, en este momento, mientras la guerra en Gaza se intensifica drásticamente una vez más, a que impidan todo transporte y carga hacia y desde Israel. Al mismo tiempo, es necesario realizar huelgas de masas contra los gobernantes imperialistas para detener la producción y exigir el fin de la guerra genocida en Gaza.
Acción de los trabajadores portuarios contra el envío de armas a Israel
Los sionistas están preocupados. El sitio web israelí Shomrim publicó una “revelación”, también publicada por el Times of Israel (19 de agosto) y (en hebreo) N12 Magazine, titulado “Trabajadores portuarios de toda Europa trabajan en conjunto para poner alto a los envíos de armas israelíes”. Advierte:
“Estas protestas dirigidas por los trabajadores, junto con los embargos de armas de algunos países y el riesgo de que los ataques hutíes interrumpan las rutas de transporte en Asia, están ejerciendo una fuerte presión sobre la ya de por sí sobrecargada cadena de suministro de Israel, un sistema complejo y vital para el acceso de Israel a las armas. A pesar del esfuerzo del país por alcanzar la autosuficiencia en la fabricación de suministros militares, cualquier interrupción en la entrega, incluso de piezas pequeñas, puede provocar retrasos prolongados, con posibles consecuencias estratégicas.”
El artículo añade: “El Ministerio de Asuntos Exteriores respondió a Shomrim con una declaración: ‘El asunto es conocido y se está abordando con los países pertinentes’.” En otras palabras, se espera que los aliados europeos de Israel tomen medidas contra las acciones de solidaridad. ¡Vaya “preocupación” de los líderes de la UE y la OTAN por el genocidio!
Las preocupaciones de los gobernantes israelíes están justificadas. Inicialmente, hubo poca respuesta por parte de los sindicatos de todo el mundo a los llamamientos de los trabajadores palestinos para detener el envío de cargamentos de guerra a Israel, e incluso las declaraciones de solidaridad de los estibadores de Barcelona y los trabajadores del transporte belgas se quedaron en el papel, como se quejó la PGFTU en su llamamiento del Primero de Mayo de 2024.7 Pero a medida que se asimila la terrible realidad del genocidio de Gaza, algunos sindicatos han comenzado a actuar. En diciembre de 2024, dos tercios de los miembros del sindicato sueco de estibadores, Svenska Hamnarbetarförbundet, votaron a favor de un boicot de seis días a los cargamentos militares a Israel. A pesar de que el vicepresidente del sindicato, Erik Helgeson, dijo que se trataría “esencialmente de una acción simbólica”, toda vez que las exportaciones militares suecas a Israel son muy bajas, el primer día del boicot fue despedido por supuestamente violar la “seguridad nacional”.8

El 20 de abril, los trabajadores portuarios del puerto marroquí de Tánger se negaron a cargar mercancías militares en un barco con destino a Israel. (Foto: Abdel Majid Bziouat / AFP)
Luego, el 14 de abril, el Sindicato de Trabajadores Portuarios de Marruecos pidió a los trabajadores del puerto de Casablanca que se negaran tanto a descargar como a realizar trabajo alguno en el barco Nexoe Maersk, cuyo atraco estaba programado para unos días después para tomar un cargamento (traído desde Houston, Texas por el Maersk Detroit) de piezas para los aviones F-35 utilizados para bombardear Gaza. En Casablanca, los manifestantes rompieron una línea policial, pero fueron detenidos por una segunda, y algunos trabajadores se negaron a trabajar en el barco. Se retrasó 40 horas. En el puerto de Tánger, 1,500 personas protestaron contra el atraque del barco el 20 de abril y fueron atacadas por la policía antidisturbios de esta monarquía árabe proisraelí.9 Según el medio de comunicación Drop Site, 18 de los 20 controladores de grúa del primer turno y 27 de los 30 trabajadores del segundo turno se negaron a trabajar en el barco, retrasándolo un día y medio.
Los días 4 y 5 de junio, los estibadores de la Confederación General del Trabajo (CGT) del puerto de Fos-sur-Mer, cerca de Marsella, se negaron a cargar equipo militar (19 plataformas de carga con piezas cintas de munición y cañones para ametralladora de fabricación francesa que, según supieron, se encontraban en la carga) en el buque Contship Era, con bandera liberiana, con destino a Haifa, Israel. Retiraron los eslabones de las cintas de munición, pero, al no estar seguros de poder localizar a tiempo las cajas con los cañones, los estibadores contactaron con los trabajadores del puerto de Génova, el siguiente destino del buque.10 Más tarde, el 11 de julio, se anunció la cancelación de un envío de 122 toneladas de acero de grado militar desde Barcelona para la Israel Military Industries debido a una amenaza de huelga por parte del sindicato izquierdista vasco LAB.
Poco después, el 14 de julio, el buque Ever Golden, de propiedad japonesa y bandera panameña, atracó en El Pireo, el mayor puerto de Grecia, para transferir un cargamento de acero militar indio al Folk Dammam, de propiedad saudí. Destino: el puerto israelí de Haifa. Los estibadores organizados en el sindicato ENEDEP se negaron a tocar el cargamento y declararon: “No descargaremos ni un gramo de este cargamento de muerte”. El sindicato ENEDEP está afiliado al PAME (Frente Combativo de Todos los Trabajadores), la federación sindical vinculada al Partido Comunista Griego (KKE). Ya en octubre de 2024, los trabajadores portuarios de El Pireo bloquearon un contenedor con 21 toneladas de municiones a bordo del buque Marla Bull, con destino a Haifa, y en noviembre, manifestantes del KKE bloquearon un convoy de camiones que transportaban municiones y cohetes para el régimen títere de Zelenski en Ucrania.11
El 7 de agosto, de nuevo en Génova, estibadores abordaron el buque saudí Bahri Yanbu procedente del puerto estadounidense de Baltimore, para inspeccionarlo. Lo encontraron cargado de armas, municiones y vehículos blindados. Al día siguiente, el CALP bloqueó dos entradas al puerto para impedir la carga de equipo militar fabricado por la empresa armamentística italiana Leonardo, incluyendo un cañón de la fábrica OTO en La Spezia. En esta ocasión, el sindicato de trabajadores del transporte de la CGIL (FILT) también presentó una queja ante la autoridad portuaria por los envíos de carga militar a Medio Oriente. Se trata del mismo buque que el CALP, en colaboración con los sindicatos portuarios franceses, detuvo en 2019 cuando transportaba armas para la guerra de Arabia Saudí contra Yemen.12
Y ahora, el 22 de septiembre, un millón de manifestantes en toda Italia respondieron al llamado de la Unione Sindacale di Base (USB), la Confederazione Unitaria di Base (CUB) y otros sindicatos de base para hacer huelga y tomar las calles en apoyo a Gaza. SI Cobas, uno de los sindicatos más grandes, dijo que se uniría a la huelga. En los últimos dos años, estos sindicatos han convocado tres “huelgas generales” de un día (en febrero de 2024, febrero de 2025 y junio de 2025) en solidaridad con los palestinos, y los organizadores reiteraron su llamado a una huelga internacional si se detiene a la Flotilla Sumud. Para amplificar esto a escala europea, la USB ha convocado una reunión de trabajadores portuarios europeos para el 26 y 27 de septiembre bajo el lema “Los estibadores no trabajan para la guerra”. Esperemos que esto pueda impulsar la acción de los trabajadores contra el genocidio de Gaza en todo el mundo.

Los trabajadores portuarios y los manifestantes bloquearon la entrada al puerto de Génova durante la huelga del 22 de septiembre en apoyo a Gaza. (Foto: L'internazionalista)
En respuesta a las crecientes movilizaciones obreras para detener el cargamento de guerra, el 15 de septiembre el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, jefe del gobierno de coalición de extrema derecha, que incluye ministros abiertamente fascistas, pronunció un discurso en el que declaró: “Podríamos encontrarnos en una situación en la que nuestras industrias de armamentos se vean bloqueadas”. Dado su creciente aislamiento, afirmó, el país podría verse obligado a adoptar una economía autárquica, produciendo todo al interior de la fortaleza sionista. En una descabellada diatriba fascistoide, siguiendo el ejemplo de Donald Trump, culpó a la “migración ilimitada” de haber impuesto una “agenda islamista” en Europa Occidental. Mientras los tanques Merkava israelíes calentaban sus motores para entrar en Gaza en grandes números al día siguiente, afirmó que Israel tendría que convertirse en una “super Esparta”, en referencia a la ciudad-estado militarista de la antigua Grecia.13
Su delirante visión horrorizó a muchos israelíes. La bolsa de valores de Tel Aviv sufrió una caída y el mayor foro empresarial declaró: “No somos Esparta”. “Los historiadores también señalaron que Esparta perdió sus guerras y fue destruida” (Irish Times, 19 de septiembre). Incluso los derechistas declararon que no querían vivir en un estado en guerra perpetua con sus vecinos. Si bien los críticos liberales responsabilizan exclusivamente a Netanyahu de los crímenes sionistas y la autarquía israelí es una fantasía, ciertamente ha expresado la lógica final del sionismo en todas sus formas: un estado “espartano” reaccionario que sería un infierno para los palestinos y, como advirtió León Trotsky en 1940, una trampa mortal para el pueblo judío. Pero para escapar de esta pesadilla distópica, los trabajadores de habla hebrea tendrán que romper con el sionismo y luchar por un estado obrero palestino árabe/hebreo, uniéndose en particular a los poderosos proletariados egipcio y turco en una federación socialista de Medio Oriente.
Independencia de clase respecto del estado capitalista
Los marxistas revolucionarios saben perfectamente que recurrir a un gobierno burgués para detener los envíos de armas a Israel es un programa para la derrota. Estados Unidos, por supuesto, tanto bajo el demócrata Joe Biden como bajo el republicano Trump, mantiene su férreo apoyo al genocidio sionista. Trump exige explícitamente la expulsión de toda la población palestina de Gaza. Sin embargo, los imperialistas europeos, bajo presión popular, recurren a diversas declaraciones y planes para salvar las apariencias. Los gobiernos francés y británico exigen ahora el reconocimiento de un “estado palestino” (que no existe). Lo que pretenden es reprimir a Hamás, que sigue contando con apoyo porque lucha contra Israel, y entregar las ruinas de Gaza a la títere Autoridad Palestina 14 o a algún reaccionario régimen árabe.
El imperialismo alemán (el segundo mayor proveedor del ejército israelí después de Estados Unidos), bajo el liderazgo del demócrata cristiano Friedrich Merz (y el ministro de “defensa” socialdemócrata Boris Pistorius), anunció el 8 de agosto el cese de las exportaciones militares a Israel “que pudieran utilizarse en la Franja de Gaza”. Sin embargo, además de defender el supuesto “derecho a la legítima defensa” del estado sionista, el 13 de agosto Alemania aprobó la entrega de un sexto submarino clase Dolphin a Israel, una plataforma clave del arsenal nuclear sionista.15 Mientras Berlín intenta impulsar su industria militar (con el sólido apoyo de los burócratas del sindicato de trabajadores metalúrgicos, IG Metall) para una guerra abierta contra Rusia, su policía no sólo reprime con saña las manifestaciones propalestinas, sino que el 1° de septiembre acorraló y atacó brutalmente la tradicional marcha pacifista en Colonia.
Otros regímenes de la OTAN siguen el mismo juego de engaños. Tras su llegada al poder en Inglaterra en 2024, el Partido Laborista afirmó que prohibiría las “licencias de exportación de armas a Israel para su uso en operaciones militares en Gaza”. Sin embargo, desde entonces, ha autorizado la exportación de más de 8,600 artículos que el gobierno israelí ha clasificado como “municiones de guerra”.16 Y mientras el primer ministro laborista, Keir Starmer, hablaba de reconocer un estado palestino, la policía de Londres arrestó a casi 900 personas en una manifestación propalestina de 300 mil realizada el 7 de septiembre. Mientras tanto, los gobiernos español e irlandés se presentan como críticos de Israel, pero el primero ha adjudicado contratos a la industria militar israelí por más de mil millones de euros desde el inicio de la guerra en Gaza, mientras el segundo suministra piezas de drones a una empresa de armamento israelí al mismo tiempo que las armas estadounidenses se dirigen a Israel pasando por los aeropuertos de Irlanda.
El régimen turco de Tayyip Recep Erdoğan es un claro ejemplo de estas maniobras. En agosto, el gobierno de Ankara afirmó haber cerrado los puertos y el espacio aéreo turcos a los buques y aviones israelíes. Sin embargo, buques con bandera extranjera siguen navegando desde puertos turcos hacia Israel. En mayo de 2024, Turquía ya había dicho que había suspendido todo comercio directo con Israel, pero bienes como el acero simplemente se reencauzaron a través de la Autoridad Palestina. Como señaló el sitio web de noticias libanés The Cradle (28 de agosto): “Esto significa que, casi dos años después de iniciado el genocidio que Erdoğan denuncia casi a diario, el petróleo sigue fluyendo de Azerbaiyán a Israel a través de Turquía, Israel sigue obteniendo minerales cruciales de Turquía, y Estados Unidos sigue utilizando la base aérea de Incirlik en Turquía para suministrar armas a Israel y vigilar los cielos de la región para defender a Israel y contribuir a su agresión [contra Gaza]”.
Programa revolucionario: clave para romper el control burocrático

El sindicato International Longshore and Warehouse Union Local 10, durante la marcha del Primero de Mayo 2025 en Oaklnd, California, llama a la acción obrera para detener las deportaciones y el envio de cargamentos militares para la guerra genocida de Israel. (Foto: The Internacionalist)
Más aún que la postura “pro-paz” de los diversos gobiernos capitalistas, el mayor obstáculo para movilizar el poder obrero para detener el genocidio de Gaza es la traición de las burocracias sindicales, los “lugartenientes del capital en el seno del movimiento obrero”. En Inglaterra, donde sindicalistas combativos han participado en protestas contra la empresa israelí de armas y vigilancia Elbit, las cúpulas sindicales no han hecho nada y el gobierno laborista, fanáticamente prosionista, ha perseguido y prohibido a Palestine Action17 bajo la grotesca acusación de “terrorismo”. (Se esperan arrestos masivos de opositores a la prohibición en la conferencia del Partido Laborista este fin de semana). El 14 de julio, Unite, el sindicato más grande de Inglaterra, que incluye a trabajadores del transporte, finalmente votó a favor de “apoyar” a los miembros que se nieguen a fabricar, manipular o transportar armas para Israel. Pero no, por supuesto, a organizar nada por su cuenta.
En Estados Unidos, la resolución del Primero de Mayo de 2024 del International Longshore and Warehouse Union (ILWU–Sindicato Internacional de Estibadores y Almacenistas) del Área de la Bahía de San Francisco de “negarse a manipular carga militar con destino a Israel” y “honrar los piquetes de protesta contra la guerra en Gaza” reflejó la repulsa generalizada de la clase obrera contra la aniquilación del pueblo palestino en Gaza. El historial del Local 10 de respeto a los piquetes portuarios propalestinos es tal que la línea israelí ZIM ya no hace escala en el puerto. El local 10 tomó medidas contra el buque sudafricano Nedlloyd Kimberley en 1984, y el Primero de Mayo de 2008 el ILWU cerró todos los puertos de la costa del Pacífico contra la guerra imperialista y la ocupación de Afganistán e Irak. Sin embargo, la cúpula del ILWU hundió la contundente resolución del Local 10 en la convención sindical de junio de 2024.
La International Longshoremen’s Association de la costa del Atlántico es peor. El presidente de la ILA, el trumpiano Harold Dagget, eximió ostentosamente el cargamento militar de la huelga de tres días que realizó el sindicato en octubre de 2024. Además, mientras la ILA organizaba una reunión en junio del International Dockworkers Council (IDC – Consejo Internacional de Estibadores), liderado por Dennis Dagget, hijo de Harold, en Charleston, Carolina del Sur, junto con una conmemoración de la lucha de los “Cinco de Charleston” contra la represión de los miembros de la ILA en su histórica huelga del año 2000,18 Dagget padre emitió una declaración vil en la que elogiaba el bombardeo de Trump a Irán. Esto incomodó a algunos miembros de la IDC presentes, pero su respuesta fue emitir una declaración pacifista y evasiva, sin una sola palabra contra Israel. Ahora, los Dagget y el IDC están organizando una conferencia en Lisboa, Portugal, en noviembre sobre la lucha contra la automatización en los muelles. Como de costumbre, en lugar de llamar a la acción de los trabajadores, estos burócratas se orientan hacia el presidente de Estados Unidos y el Papa de Roma.
Mientras tanto, la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF), la cúpula de la burocracia laboral y, además, una organización flagrantemente corrupta, está, como era de esperar, desaparecida. Mientras su seccional africana llamó en 2024 a detener el suministro de armas a Israel, los líderes de la ITF están en guerra con el personal de su sede en Londres, a los que quieren reducir en una cuarta parte; las huelgas de estos trabajadores son continuas.19 La inacción o la negativa rotunda de los sindicatos mayoritarios de todo el mundo a actuar contra el genocidio en Gaza, contra la guerra sionista en gran parte de Medio Oriente y contra la ofensiva imperialista de EE.UU. y la OTAN contra Rusia y China significa que la lucha por la acción obrera clasista debe formar parte de una batalla más amplia por la oposición revolucionaria a la burocracia sindical proimperialista y su creciente integración en el estado capitalista.
En Italia, epicentro de la oposición sindical combativa a la brutal masacre perpetrada por sionistas e imperialistas, la explosiva huelga de masas del 22 de septiembre se topó con el gobierno de coalición de extrema derecha de Giorgia Meloni y su partido fascista Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia). Mientras los reformistas intentaban en vano presionar al gobierno, Meloni despotricó contra los supuestos “pseudomanifestantes” “‘pro-pal’, ‘antifa’ y ‘pacifistas’” y declaró su apoyo a la policía contra estos “vándalos”. El presidente fascista del Senado, Ignazio La Russa, denunció a las guerrillas urbanas y el ministro de Transporte, Matteo Salvini, de la Lega, lanzó la siniestra declaración de que el gobierno tendría que reflexionar sobre el derecho a la huelga y que, en el futuro, los organizadores de las manifestaciones tendrían que pagar una fianza por daños y perjuicios.

Manifestantes pro palestinos bloquean las vias férreas en Torino, Italia, el 22 de septiembre. Los sindicatos de trabajadores ferroviarios interrumpieron el servicio en protesta contra el genocidio en Gaza.
(Foto: Ansa)
De hecho, la huelga y movilización masiva del 22 de septiembre puso a prueba la draconiana ley de seguridad del gobierno, que prohíbe prácticamente todo lo que hicieron los manifestantes: piquetes, bloqueos de tráfico, ocupaciones de estaciones de tren y bloqueos carreteros. Se trató de una vívida ilustración de la naturaleza de clase del estado, y de que “la ley” refleja el equilibrio de fuerzas de clase. “‘¡Adiós al decreto de seguridad!’, señaló un veterano militante de los sindicatos de base. ‘¡Si tenemos 300 mil, tomaremos el periférico y dejaremos que nos ataquen!’” (Il Manifesto, 23 de septiembre). Lo que esto plantea en última instancia es la lucha por el poder estatal, para la cual es indispensable una dirección revolucionaria.
Hoy, como en décadas pasadas, los diferentes sindicatos y federaciones sindicales italianas, en lugar de llevar a cabo una poderosa acción de frente unido, hace cada una su propia movilización, celebrando huelgas generales parciales en días diferentes. Las huelgas y ocupaciones fueron concebidas como tácticas para presionar al régimen fascistoide que recurre a medidas de estado policial. El Núcleo Internazionalista d’Italia, sección de la Liga por la Cuarta Internacional, ha llamado “¡Por una verdadera huelga general para detener el ‘Decreto de Seguridad’ y el incremento armamentístico!” (The Internationalist n° 75, enero-mayo de 2025). Y mientras el líder de la CGIL, Maurizio Landini, declaró en Catania el 22 de septiembre que Israel debería ser sancionado al igual que Rusia, los trotskistas llamamos a derrotar el intento de los imperialistas estadounidenses y de la OTAN de desmembrar Rusia y, en última instancia, reconquistar China y destruir sus conquistas revolucionarias, que la burocracia estalinista está afanosamente socavando.
La lucha para bloquear el suministro de armas (o cualquier otro tipo de envío) al estado sionista debe ser parte integral de la lucha por aplastar la campaña de guerra imperialista. Esta lucha se ve socavada por las concepciones antimarxistas generalizadas entre la izquierda, que equiparan a Rusia, un país capitalista intermedio, y a China, un estado obrero burocráticamente deformado, con el imperialismo, incluido el imperialismo italiano de segunda categoría, que se apropia de enormes beneficios de la explotación de pueblos y naciones semicoloniales y oprimidos. Algunas corrientes, cuyos ancestros se remontan hasta Amadeo Bordiga, incluso se negaron a tomar partido en la guerra entre el Israel sionista y los palestinos, o Irán. Los auténticos leninistas y trotskistas, en cambio, se posicionan militarmente del mismo lado de las barricadas que quienes luchan contra el imperialismo y el sionismo, sin brindar ningún apoyo político a las fuerzas estalinistas, islamistas u otras fuerzas no proletarias.
Actualmente, en diversas partes de Europa, estallan luchas de clases. En Francia, populistas y sindicalistas luchan, en movilizaciones separadas, contra las brutales políticas de austeridad, mientras el autoproclamado presidente “jupiteriano” Emmanuel Macron sustituye un primer ministro tras otro. En Alemania, el partido fascista Alternativa para Alemania (AfD) se nutre del descontento causado por la recesión económica, resultado directo de las sanciones de la OTAN y la UE contra Rusia. En Inglaterra, fascistas abiertos lideran marchas multitudinarias contra los inmigrantes. Al otro lado del Atlántico, el gobierno ultraderechista de Donald Trump está entrando en las primeras etapas de un régimen de estado policial, con fuerzas paramilitares en pasamontañas que recorren las ciudades para capturar inmigrantes (y ciudadanos) en su ofensiva de deportaciones masivas.
Todo esto, y el estallido de guerras en todo el mundo, refleja la avanzada decadencia del sistema imperialista que, como se demostró dramáticamente con la pandemia de COVID y su terrible saldo de muertes (especialmente en Italia), ya no puede satisfacer las necesidades básicas de la población. La “globalización” neoliberal ha llegado a su fin, destruyendo sectores enteros de la industria en los países capitalistas avanzados. El capitalismo del estado de bienestar del período posterior a la Segunda Guerra Mundial está moribundo. La situación se encamina rápidamente hacia una Tercera Guerra Mundial termonuclear, que sólo la revolución socialista internacional puede impedir. La tarea que la Liga por la IV Internacional ha asumido es cohesionar el núcleo de la vanguardia revolucionaria en torno al programa bolchevique de Lenin y Trotsky para librar esta lucha.

Los palestinos regresan al campamento de refugiados de Jabaliya, en el norte de Gaza el 21 de enero, tras la breve tregua, en medio de una devastación total. (Foto: Abed Hajjar/Associated Press)
Como escribió Trotsky en el Programa de Transición de 1938: “La crisis histórica de la humanidad se reduce a la crisis de la dirección revolucionaria”. Como escribió Rosa Luxemburg en medio de los horrores de la Primera Guerra Mundial imperialista, la disyuntiva que enfrenta la humanidad es socialismo o barbarie. Si alguien quiere saber cómo es la barbarie, no le haría falta más que observar el genocidio en Gaza hoy. ■
Trabajadores aeroportuarios: ¡Detengan los cargamentos de muerte hacia Israel!

El 18 de septiemre se inició una campaña contra el transporte de material militar a Israel en el aeropuerto de Oakland, California. (Foto: The Internationalist)
A mediados de junio, en el momento culminante de la masiva guerra aérea en contra de Irán y dos días antes del ataque norteamericano contra instalaciones nucleares iraníes, 18 aviones militares de carga provenientes de Estados Unidos y Alemania aterrizaron en Israel. Esto, “además de los más de 800 aviones militares de carga que han arribado desde el principio de la guerra genocida contra la Franja de Gaza”, informó el Middle East Monitor (19 de junio). Ésta no es más que una pequeña parte del puente aéreo de suministros militares que ha alimentado el genocidio sionista/imperialista contra Palestina y su guerra contra Irán. Desde octubre de 2023, la entrega de cargamentos militares se ha subcontratado cada vez en mayor proporción a compañías comerciales de transporte de carga.
Un reciente y detallado análisis de los cargamentos militares enviados desde el aeropuerto de Oakland, California, hacia Israel, identificó al menos 280 cargamentos desde finales de enero hasta principios de agosto de 2025. El informe del Movimiento Juvenil Palestino (YPM por sus siglas en inglés) y la organización Oakland People’s Arms Embargo, Exposing Oakland Airport’s Military Cargo Shipments to Israel (revelación de los cargamentos militares del aeropuerto de Oakland hacia Israel) fue publicado el 28 de agosto. A partir de una muestra seleccionada de 500 cargamentos a cargo de Federal Express desde el 1° de abril hasta el 30 de junio, concluye que el de Oakland fue el segundo aeropuerto con mayor cantidad de cargamentos enviados a Israel, con el 16 por ciento (82) del total (muchos más salieron de Fort Worth, Texas). Tan sólo los cargamentos de Oakland “han tenido lugar varias veces a la semana prácticamente desde que comenzó el año.
El hecho de que estos cargamentos militares transiten a través de instalaciones civiles ofrece una oportunidad para la acción obrera para detener esto cargamentos del genocidio. El 12 de junio en París, Francia, el sindicato aeroportuario SUD Aérien llamó a sus miembros a estar en alerta para detener un cargamento de acero de grado militar proveniente de Suecia que se había programado para partir del aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle con destino a Tel Aviv. El cargamento estaba dirigido a la compañía de armamento Elbit. Una segunda alerta fue lanzada el 7 de julio, junto con la CGT, la principal confederación sindical francesa. Tras citar las acciones de los trabajadores portuarios en toda Europa, el sindicato SUD exigió que Air France y cualquier otra compañía dejen de transportar cargamentos militares y mercancías de uso dual destinadas a Israel.
El 25 de junio, un vuelo que iba a salir del aeropuerto de Brescia Montichiari en Italia fue cancelado, parando el cargamento de misiles hacia Israel después de que la Unione Sindicale di Base (USB), un sindicato de base convocara una huelga ahí. Se realizó un mitin para celebrar la cancelación. Sin embargo, la operadora del aeropuerto, GDA Handling, amenazó en represalia con el despido del veterano trabajador y delegado de USB Luigi Borreli por supuestamente violar la confidencialidad y la “lealtad hacia la compañía” por quejarse públicamente acerca de cargamentos sospechosos a lo largo del último año. En un mitin realizado el 17 de julio en Brescia, sindicalistas de toda Italia y Europa manifestaron su solidaridad con Borrelli.
Más tarde, el 23 de agosto, una marcha hacia el aeropuerto de Leipzig/Halle reveló las exportaciones de armas de Alemania a Israel. Activistas propalestinos apenas se enteraron de éstas debido a una mención en un tribunal en el juicio que se sigue en contra de miembros de la fascistoide Alternative für Deutschland (AfD) acusados de espiar a favor de China, uno de los cuales trabajaba en el aeropuerto. Esto desenmascaró la mentira de que los envíos de armas a Israel se habían detenido en el otoño de 2024. Entre los manifestantes había miembros de ver.di, el enorme sindicato de trabajadores de servicios que incluye a trabajadores del transporte, y su volante fue bien recibido por parte de los trabajadores aeroportuarios. Sin embargo, los burócratas de ver.di y el consejo de obras reaccionaron diciendo a los trabajadores que no hablaran con los manifestantes.
Los cargamentos militares están directamente conectados con el genocidio de EE.UU. e Israel. El informe de Oakland señala que muchos de los envíos consistían en partes (manufacturadas en EE.UU.) para cazabombarderos F-35 desde el centro de distribución de la Defense Logistics Agency en la ciudad californiana de Tracy, ubicada a unos 100 kilómetros al este de San Francisco. Incluyen “unidades para lanzar bombas, adaptadores para los compartimentos de armas, sensores de vigilancia y componentes electrónicos cruciales para el vuelo”. El informe se refiere al hecho de que los F-35 arrojaron tres bombas de una tonelada en el campo de refugiados de Al-Mawasi en Gaza en julio de 2024, matando a al menos 90 personas en dicha “zona humanitaria segura”. Pero éste es sólo uno de la miríada de sistemas de armas con que los imperialistas han pertrechado a los genocidas sionistas.
Un aspecto que rara vez se menciona es la conexión que tiene esto con la guerra de Israel y EE.UU. contra Irán. Los F-35 son usados para hacer llover muerte contra los palestinos, pero su tecnología de “invisibilidad” los hizo clave para bombardear Irán. Esto es algo que muchos de los que se manifiestan contra el genocidio en Gaza no quieren abordar. Sin embargo, el papel de Israel como gendarme del imperialismo se ha enfocado durante décadas en Irán como su blanco principal. La Liga por la IV Internacional defiende al semicolonial Irán en contra de los ataques imperialistas y sionistas, lo que incluye la defensa de su derecho a desarrollar armamento nuclear para disuadir a los guerreristas norteamericanos e israelís, al mismo tiempo que nos oponemos políticamente a su régimen islamista clerical y anticomunista.
Muchas de las iniciativas en puertos y aeropuertos tienen el propósito de presionar a autoridades y políticos locales. En Oakland, esto incluye a la alcaldesa “progresista” del Partido Demócrata Barbara Lee. Pero la alcaldía sólo ha pedido a los funcionarios aeroportuarios que “verifiquen los hechos”, mientras que dicho aeropuerto está “legalmente obligado a dar cauce al tráfico aéreo autorizado por el gobierno federal” (KQED, 18 de septiembre. Ningún político burgués va a desafiar esto. Como decían las pancartas del Grupo Internacionalista y la Juventud Internacionalista Revolucionaria en la conferencia de prensa contra los “cargamentos de la muerte” en el aeropuerto de Oakland, lo que se necesita con urgencia son “acciones obreras para poner alto a los envíos de armas a Israel”. ■
- 1. Para el 14 de septiembre de 2025, el ministerio de salud de Gaza informó de 66 mil palestinos asesinados en la guerra de Israel. Un estudio publicado en la revista médica británica Lancet (8 de febrero de 2025), al comparar tres listas diferentes de personas que han muerto, concluye que las cifras del ministerio de salud están por debajo de las cifras reales en al menos un 41 por ciento. El Economist de Londres (5 de mayo), usando el mismo estudio, estimó que el subregistro es aún mayor y que la verdadera cifra de palestinos asesinados es entre un 46 y un 107 por ciento mayor. Esto significaría que el verdadero número de muertos asciende a entre 96 mil y 136 mil.
- 2. Véase “Gaza Genocide Made in USA”, The Internationalist n° 73, junio-agosto de 2024.
- 3. Véase “Defender a los palestinos contra la guerra genocida de EE.UU/Israel contra Gaza”, Revolución Permanente n° 13, octubre-noviembre de 2024.
- 4. Véase “Bay Área ILWU Local 10 Calls for Labor Boycott of Arms to Israel”, The Internationalist N° 72, enero-mayo de 2024.
- 5. Sumud en árabe significa determinación o resiliencia.
- 6. “La masacre israelí de la flotilla de Gaza: sangrienta provocación de guerra”, Suplemento especial de El Internacionalista, octubre de 2010.
- 7. Véase “Primero de Mayo de 2024: ¡Acciones obreras internacionales contra la guerra genocida de EE.UU. e Israel contra Gaza!”, El Internacionalista (suplemento especial, mayo de 2024).
- 8. Véase la “Entrevista con Erik Helgeson del sindicato turco de trabajadores portuarios” en Växjös Gnista, 12 de junio. El 4 de febrero, un tribunal determinó que la acción sindical fue legal.
- 9. Obreros y estudiantes marroquíes han realizado repetidas protestas en contra de la colaboración del gobierno de Marruecos con el estado sionista. Los lazos del régimen con Israel son tan estrechos que en mayo unidades del ejército marroquí realizaron un entrenamiento conjunto de “guerra en túneles” con las fuerzas de elite israelíes de la Brigada Golani como parte de los ejercicios de guerra León Africano de 2025 (Israel Hayom, 25 May).
- 10. La Provence, 5 de junio.
- 11. Véase “Greek Workers Block Arms to Israel and Ukraine,” The Internationalist N° 75 (enero-mayo de 2025).
- 12. “In France and Italy: Port Workers Boycott Saudi Military Cargo Bound for War in Yemen,” The Internationalist N° 56, mayo-junio de 2019.
- 13. “Netanyahu admite que Israel está económicamente aislado y dice que necesitará convertirse en una ‘super Esparta’”, Times of Israel, 15 de junio.
- 14. La Autoridad Palestina es financiada con ingresos fiscales recolectados por Israel en Cisjordania, así como mediante envíos de Washington. En 2024, la AP recibió 16 millones de dólares provenientes de EE.UU., cantidad que se incrementó en la ayuda presupuestada para 2025 a 45 millones de dólares para 2025. Las fuerzas de “seguridad” de la AP actúan como fuerzas auxiliares de Israel, mediante el arresto y el asesinato de militantes palestinos.
- 15. El acuerdo para la compra de los submarinos, que fueron vendidos por el gigante de armas alemán ThyssenKrupp tanto a Israel como a Egipto, fue negociado por Netanyahu y su pandilla en contra de EE.UU. y otros competidores imperialistas.
- 16. “Queda al descubierto: el gobierno laborista británico envió 8 mil ‘municiones de guerra’ a Israel después de que había dicho que había detenido el flujo” Drop Site, 7 de mayo.
- 17. Palestine Action es un grupo de acción directa “comprometido con poner fin a la participación global en el genocidio y el régimen del apartheid israelíes”, empleando tácticas disruptivas en contra de “socios corporativos” como productores de armas que las suministran a Israel.
- 18. De hecho, la ILA saboteó dicha lucha, al rehusarse a defender a los Cinco de Charleston durante más de un año.
- 19. Véase “Dirigente sindical con Rolex enfrenta acusaciones de actuar como rompesindicatos”, Novara Media, 6 de agosto